Iñaki IRIONDO
GASTEIZ

La imagen de cambio estatal de Podemos arrasa en Euskal Herria

El efecto de imagen de cambio que ofrece Podemos en estas elecciones en el ámbito estatal ha arrasado en Euskal Herria, hasta el punto de ser la fuerza más votada en el conjunto del país. La gran perjudicada de este efecto parece ser Euskal Herria Bildu. De fondo, se dibuja una gran masa de votantes a favor del derecho a decidir y de izquierda.

Podemos celebra en Bilbo sus excelentes resultados en Hego Euskal Herria. (Marisol RAMÍREZ/ARGAZKI PRESS)
Podemos celebra en Bilbo sus excelentes resultados en Hego Euskal Herria. (Marisol RAMÍREZ/ARGAZKI PRESS)

Podemos, un partido sin apenas estructuras locales y que en la CAV sale de una crisis que ha provocado la dimisión de su dirección, ha ganado en Euskal Herria. Sobrepasa al PNV en la CAV, aunque el más damnificado por el huracán resulta EH Bildu, que queda en cuarta posición en votos y que, además, en virtud de la Ley D’Hont, pierde nada menos que cinco de sus anteriores siete escaños.

El ámbito y carácter estatal de estos comicios, que ha dejado prácticamente sin voz a las formaciones abertzales, y el poder de influencia de la imagen de cambio que ha sido capaz de transmitir el partido de Pablo Iglesias han hecho que Podemos sea nada más y nada menos que primera fuerza en el conjunto de la CAV, además de en Gipuzkoa y en Araba. Y que en Nafarroa haya crecido de tal manera que deja fuera de juego en el reparto de escaños tanto a EH Bildu como a Geroa Bai.

Por lo visto, Podemos ha sido quien mejor ha sabido interpretar primero y ofertar después la idea de lo que una gran parte de la ciudadanía, y en buena medida muchos nuevos votantes, tienen de lo que es una forma renovada de hacer política, si bien también se observa cierta evanescencia en sus propuestas. La televisión y las redes sociales han tenido una gran influencia en la victoria de la formación morada.

Pero tampoco se puede dejar de lado que el empuje del partido de Pablo Iglesias en Euskal Herria –al igual que En Comú en Catalunya– tiene mucho que ver con que estas dos naciones tienen en su seno una mayoría que quiere cambiar las coordenadas de la política propia y del Estado español, que en esta ocasión han optado por dar su confianza a una fuerza que apoya el derecho a decidir –sin ser independentista– y la transformación social –sin declararse públicamente de izquierda, aunque de hecho sea vista como tal–.

De esta forma, Podemos ha sido capaz de ser atractivo para personas que en otras ocasiones han votado al PNV (aunque sean pocas), a EH Bildu (el mordisco ha sido enorme) y al PSE (que sufre más en votos de lo que se aprecia en escaños).

En todo caso, para valorar los datos en su justa medida es preciso tener en cuenta que en las elecciones al Congreso de los Diputados siempre ha ganado en Euskal Herria uno de los partidos de ámbito estatal, aunque después en comicios autonómicos o forales estos resultados no se repitieran.

Susto y aviso para el PNV

El primer puesto de Podemos en votos en el conjunto de la CAV, y el hecho de que en Bizkaia le pise los talones, ha tenido que meter el susto en el cuerpo al PNV. Aun sabiendo que los comportamientos electorales serán diferentes en las proximas autonómicas, a buen seguro en Sabin Etxea se habrán encendido muchas luces de alarma.

Los jeltzales, que han perdido en torno a los 23.000 votos a pesar del aumento de la participación, estarán haciendo cuentas, sobre todo al ver que sus socios del PSE, pese a no dejarse más que un escaño en la CAV, han cedido unos 95.000 votos con respecto a hace cuatro años, pasando del 21,55% al 13,31%.

Esto puede complicar las perspectivas del PNV de cara a las próximas elecciones autonómicas de 2016, puesto que aunque ganara en votos, lo que es más que probable, podría verse obligado a cambiar de estrategia para mantener Lehendakaritza en una Cámara con nuevas fuerzas. Y algunas, por lo que se ve, bien potentes.

Enorme tropiezo de EH Bildu

EH Bildu aparece como el principal damnificado por el tsunami Podemos. Y no solo en número totales de votos, sino en la enorme pérdida de escaños. Buena parte de su electorado ha considerado que en esta ocasión era más práctico votar morado.

EH Bildu se ha dejado prácticamente una tercera parte de quienes hace cuatro años –en condiciones verdaderamente óptimas– optaron por la papeleta de Amaiur. Es objetivamente probable que buena parte de ese electorado pueda volver a optar por EH Bildu en las próximas elecciones autonómicas. Pero en contra de la moral de sus dirigentes y de su bases juega que esto se suma al retroceso en Gipuzkoa y en Bizkaia en las pasadas elecciones municipales y forales (no se puede olvidar que los resultados en Araba y Nafarroa fueron excepcionales).

Batacazo de PSE y PP

Aunque el reparto de escaños permita maquillar un tanto la imagen, PP y PSE no pueden disimular ni el batacazo que se han dado en esta elecciones, ni tampoco el hecho de que la primera y segunda fuerza en el Congreso sean tercera (gracias a la coalición con UPN) y quinta en Euskal Herria.

El PP, por ejemplo, es la última fuerza en la CAV. Y en Araba, donde presentaba a su líder y ministro como candidato, ha sido fácilmente superado por Podemos. En total, en el conjunto de Euskal Herria ha perdido también en torno a las 100.000 papeletas. Eso en unas elecciones que historicamente le han sido favorables.

No conviene olvidar aquí los casi 75.000 votos cosechados por Ciudadanos, que hacen prever que pueda tener representación en el Parlamento de Gasteiz, aunque haya sido en Nafarroa donde más fuerza ha mostrado.

También son más de 110.000 los votos que ha bajado el PSOE, pero en este caso es más grave porque venía de haber perdido más de 200.000 hace cuatro años. Esto supone que desde 2008 este partido se ha quedado en menos de la mitad del apoyo que logró José Luis Rodríguez Zapatero en aquella ocasión.

El mapa electoral vasco dio ayer un vuelco, que obliga a fuerzas como PNV y sobre todo a EH Bildu a meditar sobre sus estrategias de futuro. Y esperen que no haya que volver a las urnas en apenas tres meses...

 

Las Claves

> Se da un vuelco del escenario tradicional vasco, que aunque pueda corregirse en futuras elecciones, como las autonómicas de la CAV de 2016, muestra la necesidad de las fuerzas tradicionales de adaptarse a nuevos discursos y fórmulas de comunicación.

> Aunque se mira mucho a la fuerte caída de EH Bildu, no se puede dejar pasar que el unionismo tradicional representado por PP y PSOE atraviesa una crisis que puede adquirir tintes estructurales en los cuatro territorios vascos, ya que en Nafarroa se mantiene gracias a la coalición con UPN y hay que precisar que es en este territorio donde Ciudadanos ha obtenido sus mejores resultados en toda Euskal Herria.

> En esta ocasión, para completar en análisis de los resultados y las tendencias sociales que les afectan, hay que mirar también al Senado, donde no se han trasladado miméticamente los números del Congreso. En Gipuzkoa gana el PNV, pero durante buena parte del recuento EH Bildu fue segunda; en Bizkaia, EH Bildu pasa al PSE; y en Nafarroa la lista conjunta Cambio-Aldaketa no puede con UPN-PP, pese a que la suma al Congreso de sus cuatro fuerzas muestra mayoría clarísima.