Desde el pasado mes de julio no han conseguido ningún permiso de visita nuevo. En consecuencia, se dan casos como el la compañera de uno de los presos que no puede verle al carecer de la autorización preceptiva.
A pesar de que han reclamado varias veces a la dirección del centro que se les otorguen los correspondientes permisos, esta se aferra a que es el juez de París quien debe hacerlo, aunque también tiene potestad para ello.
En consecuencia, han optado por encerrarse en el ‘mitard’ para denunciar ese estado de cosas y exigir la autorización de visitas a más allegados.

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