Unas 250 personas, entre ellas consellers en funciones como Santi Vila, Irene Rigau y Meritxell Borràs, han acudido a la sede del Ayuntamiento para arropar a Puigdemont, que ha asegurado que su experiencia municipalista se apreciará en su mandato al frente de la Generalitat.
El nuevo president ha dicho que la cordialidad que le han manifestado los representantes de los diferentes grupos municipales en su despedida es un ejemplo de que «no es verdad que, en este país, las diferencias políticas dividan».
Ha lamentado no poder «redondear un proyecto» al frente del Ayuntamiento que debía finalizar esta legislatura, ya que ha recordado que se presentó con el compromiso de limitarse a dos mandatos.
Además, ha asegurado que se siente «leal al presidente Artur Mas», y ha alabado su renuncia a la reelección, que en su opinión supone un sacrificio a favor del interés general.