Pujol, que ha declarado durante tres horas y media a todas las preguntas de las partes, ha llevado todo el peso de la comparecencia, ya que su mujer Marta Ferrusola, que también había sido citada como imputada por blanqueo, ha decidido acogerse a su derecho a no declarar.
Pese a las dudas de que su fortuna en Andorra pudiera proceder de una herencia de su padre Florencio de «los ingresos ordinarios que hubiere obtenido por razón del cargo público que ostentó durante 23 años», la Fiscalía Anticorrupción ha optado de nuevo, como ya hizo ante una juez de Barcelona, por no pedir ningún tipo de medida cautelar para el matrimonio.
Según han informado fuentes jurídicas, el expresidente ha afirmado que si bien sabía que su mujer tenía cuentas en Andorra, nunca la acompañó a una entidad bancaria en el Principado y ha añadido que él no tiene ni ha tenido cuentas en el extranjero.
Jordi Pujol ha repetido la versión que ya dio en el juzgado Barcelona, en el sentido de que no tuvo nada que ver con los negocios de su hijo mayor, que mañana declara voluntariamente como imputado, y que si se atribuyó la titularidad de una cuenta que había abierto el hijo en Andorra fue para ayudarle en un proceso de separación, de lo que ha dicho que no se siente orgulloso.