El origen de la polémica está en que la Asociación Cultural Árabe Al Mohsinin, situada actualmente en la calle Teodoro González Zárate, en Ariznabarra, inició los trámites para trasladarse a unos locales más amplios del Boulevard de Mariturri, en Zabalgana, donde prevé instalar su mezquita.
Residentes en esa zona buzonearon cartas recientemente para mostrar su rechazo a la apertura de este templo en las que sugerían que esta mezquita podría afectar a la seguridad de los niños que juegan en esa calle, así como al valor de las viviendas cercanas.
Además, en estos escritos se animaba a los vecinos expresar su malestar en los servicios de participación ciudadana del consistorio.
Ante esta situación, el Ayuntamiento anunció que pretendía reunir a las partes en conflicto, desde el convencimiento de que «el mejor antídoto contra los miedos y prejuicios» es «la información veraz, la escucha y el compromiso», según dijo la edil de Asuntos Sociales, Nerea Melgosa.
Sin embargo, hoy las paredes de la fachada han aparecido rociadas con sangre de cerdo y en el interior del local, que está en obras, los atacantes han arrojado algunos trozos carne de cerdo, una careta y otras piezas, tras forzar la cerradura.
El alcalde Gorka Urtaran ha subrayado que estos actos «no son admisibles» y ha pedido un «esfuerzo de entendimiento» porque Gasteiz «es una ciudad plural e inclusiva en la que no tienen cabida este tipo de comportamientos».
En 2011 ya se produjeron unos hechos similares en una lonja donde un colectivo de musulmanes paquistaníes iba a construir una mezquita en el barrio de Zaramaga.
EH Bildu ha denunciado este ataque y ha reclamado al Ayuntamiento que «promueva con urgencia todo tipo de acciones que favorezcan la convivencia en el barrio», recordando que «cuenta ya con una partida para elaborar um programa antirumores que permita evitar cualquier actitud xenófoba o islamófoba basadas en el desconocimiento, el miedo o, siemplemente, la mentira».