El primer ministro islandés, Sigmundur David Gunnlaugsson, implicado en los ‘Papeles de Panamá’ por haber tenido una empresa en un paraíso fiscal, ha presentado su dimisión. La decisión ha sido adoptada en una reunión de su Partido Progresista, según informan medios locales. Ayer, y pese a las protestas, Gunnlaugsson rechazó dimitir.
Gunnlaugsson llegó al cargo de primer ministro en 2013 con el apoyo del Partido de la Independencia, cuyo líder, Bjarni Benediktsson, actual ministro de Finanzas, también aparece en los ‘Papeles de Panamá’.
Horas antes, Gunnlaugsson había pedido la disolución del Parlamento, pero su propuesta ha sido rechazada por el presidente del país, Ólafur Ragnar Grímsson. Según recogen medios locales, Ólafur Ragnar Grímsson ha rechazado la petición del primer ministro con el argumento de que no ha sido consultado aún su socio de coalición en el Gobierno, el Partido de la Independencia.
En medios locales se baraja la posibilidad de que se abran consultas para la formación de una nueva alianza gubernamental o que se convoquen elecciones anticipadas.
Más de 10.000 personas se manifestaron ayer tarde en el centro de Reikiavik para pedir la dimisión de Gunnlaugsson, líder del Partido Progresista, tras aparecer su nombre en las documentos de un bufete panameño filtrados a numerosos medios internacionales.
En paralelo, las cuatro fuerzas de la oposición -socialdemócratas, Piratas, Izquierda-Verdes y Futuro Brillante- solicitaron formalmente un voto de censura contra el jefe del Gobierno, cuestión para la que no se ha concretado aún una fecha.
Aún ayer, Gunnlaugsson había expresado ante la televisión islandesa su determinación a seguir al frente al Gobierno y apostó por agotar la legislatura para que los electores muestren su parecer en los próximos comicios, previstos para la primavera de 2017.
Las informaciones muestran que Gunnlaugsson y su esposa, Sigurlaug Pálsdóttir, eran dueños de una sociedad de Islas Vírgenes Británicas llamada Wintris. Ahí depositaron casi 4 millones de dólares en bonos en los tres principales bancos islandeses, que se hundieron en la crisis de 2008.
Gunnlaugsson entró en el Parlamento islandés en 2009 y a finales de ese año vendió su 50% de participación en Wintris a su esposa por un dólar. El primer ministro sostuvo tras estallar el escándalo que en ningún momento ni él ni su mujer hicieron uso de esa firma para evitar pagar impuestos en Islandia.