Vargas Llosa y su exmujer tienen una aparición fugaz entre las empresas manejadas por el bufete Mossack Fonseca. Sus nombres aparecen en una compañía llamada Talome Services Corporate «durante un breve período de tiempo en 2010». Según la filtración realizada por el Süddeutsche Zeitung y el Consorcio de Periodistas de Investigación, el matrimonio compraron 1.000 acciones de Talome (con sede en las Islas Vírgenes) a Mossack Fonseca. Se trata de una empresa off-shore, comúmente utilizadas para la evasión fiscal. Al poco tiempo (justo antes de recibir el Nobel) Llosa vende sus participaciones a unos rusos.
Esas participaciones en Talome no son la posesión más curiosa de Vargas Llosa. El escritor tiene también la reproducción en oro antiguo catador de vinos cortesía del Gobierno navarro. En 2005, Miguel Sanz le hizo entrega del catavinos cuando le concedió el título de Bodeguero Mayor del Reino de Navarra, una distinción que figura en los textos del reino navarro en el siglo XIII, cuando Nafarroa estaba gobernada por la dinastía de los Teobaldos. Sanz se animó a recuperar esta tradición 800 años después, aunque no cuajó del todo y solo se entregó durante seis años. Vargas Llosa comparte el título de bodeguero con la exministra Loyola de Palacio, el Diario de Navarra, la Sociedad Española de Cardiología, el enólogo Pacual Riverau Gayón y el arquitecto Rafael Moneo.
En su momento, Sanz justificó la distinción en la afición al vino del peruano, así como «la riqueza de su lenguaje, el poder de su imaginación, el sentido crítico, su sinceridad, la acción poética y su sentido del humor».
Por otra parte, Vargas Llosa tomó parte en la última campaña electoral en Navarra, cuando acudió a Iruñea invitado por el lobby Civismo. En su charla, compartida con el periodista Carlos Herrera, el Nobel se destacó por la frase: «Abstenerse es un error, hay que votar para que los malos no gobiernen». Esta ocurrencia fue el titular que escogió su compañero en la bodega real, el Diario de Navarra, para informar de la conferencia.