A tan solo un mes de que se inicien los Sanfermines, ya falta menos para que Osasuna ponga su granito de arena adelantando la fiesta. Algo por lo que van a pelear a muerte los de Enrique Martín, tras meterse en el play-off casi en el último suspiro. Y el primer escollo es un Nàstic que solo ha perdido ocho encuentros esta temporada, con una única derrota en las últimas 22 jornadas ligueras.
Así pues, el reto es de considerables proporciones, pero parece que Osasuna llega bien pertrechado para la batalla. Aunque hay que valorarlo en su justa medida por la escasa resistencia que opuso el rival, el 0-5 cosechado en el Carlos Tartiere ha permitido demostrar que la escuadra navarra llega en un buen momento físico y mental. Incluso en los recientes tropiezos frente al propio Nàstic y el Huesca, el cuadro rojillo dejó claro que está bien de piernas y de cabeza.
Y que vuelve a ver portería, factor importantísimo el de la efectividad en una eliminatoria que se antoja tan igualada. Porque pese a los siete puntos de diferencia en la clasificación de la liga regular, los de Vicente Moreno no se han mostrado para nada superiores a los navarros. Solo la calidad de alguna de sus individualides ha desequilibrado la balanza. Esos pequeños detalles también serán determinantes, llegados a esta fase decisiva del campeonato.
Un momento en el que grandes cambios ya no tienen mucho sentido. De ahí, que no sería extraño ver cómo se repite el mismo once que goleó en tierras asturianas, a no ser que Martín opte por reforzar la línea defensiva con la entrada de un zaguero nato –Tano o Unai García– en detrimento de Pucko, una disposición táctica con cierta lógica para este partido.
Porque, ante la expectativa de los 90 minutos por disputarse en el Nou Estadi, mantener la portería a cero va a ser una de las consignas prioritarias. Incluso un 0-0 podría considerarse un resultado que no merma las posibilidades rojillas de acceder a la siguiente eliminatoria. A priori, y aún a riesgo de equivocarnos, no tiene pinta de que el envite vaya a ser un enfrentamiento en el que ambas escuadras se lancen a tumba abierta en pos del gol. Más bien al contrario, la táctica, la buena colocación sobre el campo, el riesgo calculado y la estrategia van a resultar factores determinantes en el desarrollo de, al menos, este primer asalto.
Buscando la tarde mágica
Otro condicionante valioso, especialmente en los malos momentos, que los habrá, va a ser el apoyo que se reciba desde la grada. Con la presencia de 350 aficionados tarraconenses, se espera que El Sadar roce el lleno, reeditando una de esas tardes mágicas en las que equipo e hinchada han sabido ir de la mano para conseguir los objetivos perseguidos.
En todo caso, ocurra lo que ocurra, parece claro que, de no darse un resultado muy contundente en uno u otro sentido, la eliminatoria se va a dilucidar en tierras catalanas. Viajar allí con cierta ventaja inicial agrandaría las posibilidades rojillas.
«Que vengan con el pañuelico»
Enrique Martín quiere un ambiente de gala en El Sadar y, para ello, ayer hizo un llamamiento a la afición de cara a que todos los seguidores bajen al estadio iruindarra con el pañuelico sanferminero. «Tenemos en vilo a toda Navarra, incluso al que no le gusta el fútbol. Esto no se paga con dinero», indicó.
«Vamos a ver de qué somos capaces, pero las sensaciones son impresionantes. Esta plantilla ha llegado fenomenal a la parte final, estamos muy contentos e ilusionados, y tenemos muchas ganas de liarla a tope. Vamos a matarnos para que todo salga bien», aseguró respecto a la lucha de la escuadra navarra por lograr el ascenso a Primera.
Martín avisó de que el Nàstic «trata bien la pelota, además de que tácticamente es muy ordenado», si bien no creyó que ninguno de los dos conjuntos sorprenda al otro y sí que la balanza pueda inclinarse «por la calidad e inspiración de quienes están en el campo».N.M.