¿Quiénes son los 17 millones que votaron por el Brexit?
Simpatizantes del UKIP, votantes conservadores de edad avanzada y nostalgia por tiempos pasados y votantes laboristas de ingresos bajos e insatisfechos con el rumbo de Gran Bretaña unieron sus votos para marcar un antes y un después en el rumbo de la UE.
El 24 de junio más de 17 millones de personas expresaron democráticamente su deseo de abandonar la Unión Europea (UE). El 52% del electorado británico se decantó por el Brexit, frente al 48% (unos 16 millones) que votó por la permanencia. Esta división social ha acarreado una crisis política como nunca antes en el Reino Unido, con los dos principales partidos del Parlamento de Westminster totalmente fracturados. Pero, ¿solo los miembros del Parlamento están divididos? No, su electorado también.
Según la encuestadora Yougov, el 61% de los simpatizantes del Partido Conservador votó por permanecer en la UE y el 39% lo hizo en contra. Existen, por tanto, dos perfiles muy diferentes en la misma formación.
Por un lado, los eurófobos. Según las encuestas, son personas de avanzada edad (el 64% de los mayores de 65 años votó por el Brexit), que residen en zonas apartadas de los grandes núcleos urbanos de Inglaterra. No olvidemos que el voto de Inglaterra y Gales ha sido el que ha arrastrado a territorios como Escocia y el norte de Irlanda hacia el Brexit, en contra de la voluntad de la mayoría de su población. Los conservadores que han votado por el Brexit son en su mayoría defensores de la máxima «cualquier tiempo pasado fue mejor» y recuerdan con nostalgia la etapa en la que el Reino Unido no era parte de ningún organismo europeo.
Por otra parte, está el porcentaje mayoritario de los conservadores que apuesta por Europa. De ellos se ha criticado que viven «en la burbuja». Tienden a reflejarse en un perfil empresario, el 60% con carrera universitaria y un nivel de vida, en general, acomodado. Residen en núcleos urbanos como Manchester, Bristol, Liverpool o Londres, donde la permanencia ganó al Brexit y se convirtieron en islas urbanas en medio del mar euroescéptico inglés que las rodea.
El Partido Laborista también tiene dos corrientes diferenciadas. El 90% de sus miembros apostó por la permanencia y dos de cada tres votantes laboristas votaron por el «in».
El laborista euroescéptico es una persona desempleada o con un trabajo muy mal pagado, muchas veces residente en los llamados Council Flats, las viviendas de protección oficial británicas. Según las estadís- ticas, tiende a vivir en zonas industriales y ve un problema en la elevada tasa de inmigración, que muchas veces es objeto de contratación con salarios más bajos que los habituales, lo que contribuye a alimentar la burbuja de precariedad.
Del otro lado, el 66% del electorado laborista proeuropeo correspondería, sobre todo, a un público joven (el 71% de los menores de 25 años tachó la casilla de la perma- nencia), universitario, de ideas de izquierdas y con ansias de internacionalización.
El perfil del resto del electorado es quizás más fácil de identificar. Los votantes del Partido Nacional Escocés no tuvieron duda, como tampoco la tuvieron sus representantes, que apoyaban unánimemente seguir en la UE y que ahora hacen todo lo posible para mantener su estatus dentro del bloque.
Los votantes del Partido Liberal Demócrata se decantaron por el europeísmo en más de un 65%; así como los Verdes, donde ocho de cada diez votó por la permanencia.
Y cierra el repaso la «joya» de la corona, el UKIP. Nueve de cada diez votantes optó por abandonar la UE, según Yougov. Las ideas xenófobas de la formación fueron argumento de fuerza en la campaña y la hostilidad hacia la población extranjera sigue siendo la idea más extendida entre los simpatizantes de la formación de extrema derecha.