I-E considera que con la decisión del Consistorio «se da un paso más en el cumplimiento de la Ley Foral de Memoria Histórica y en la reparación a las víctimas». Asimismo, aboga por la demolición del edificio en el que se encuentran enterrados los restos de Mola, Sanjurjo y otras personas del bando franquista en la Guerra del 36. En concreto, señala que se trata de «una construcción que no tiene ningún valor histórico ni arquitectónico. Además es el símbolo de la humillación y el agravio a las víctimas del franquismo».

El citado edificio «se construyó como muchos otros en todo el Estado en los años 40 y 50 del siglo pasado, ‘para perpetuar la memoria y el heroísmo de aquellos que cayeron por la Patria y por Dios’, El objetivo era, por tanto, humillar a los vencidos en la guerra civil. Eran y han sido durante todos estos años monumentos de vencedores y para vencedores».

Además, «es un edificio sin ningún interés arquitectónico, en un espacio de poco uso, con barreras importantes a la accesibilidad y que además urbanísticamente cierra la ciudad, como si de una nueva muralla se tratara, impidiendo la apertura paisajística de Carlos III y constituyendo un “tapón” que impide la continuidad urbana ente el 2º Ensanche y el último Ensanche de Pamplona (Lezkairu)», añade.

Finalmente, entiende que «el Ayuntamiento está legitimado para exhumar los restos por encima de la opinión de  alguna de las familias y exigimos a UPN que haga suya esta decisión y no cree polémicas y crispación social con este asunto,  porque no entendemos cómo es posible que durante 40 años de democracia algo así se haya mantenido».