«Hay que ser conscientes de los tiranos que asumen el poder», ha manifestado el cineasta este jueves durante una rueda de prensa que ha ofrecido en el Kursaal, en la que ha estado acompañado del actor que se mete en la piel de Snowden, Joseph Gordon-Levitt, y la actriz que interpreta a su novia, Shailene Woodley.
Ante la pregunta de algún periodista sobre el peligro de desvelar el funcionamiento de la agencia de seguridad de Estados Unidos, Stone ha sido tajante y ha señalado que «sacrificar libertades civiles en nombre del terrorismo» supone «la muerte de la libertad y el comienzo de la tiranía».
El director ha defendido que esta película se planificó hace dos años y no está relacionada con las próximas elecciones estadounidenses, ni tiene la intención de influir en ellas. Sobre este asunto, ha manifestado que «el viaje será complicado» tanto si gana Trump como si lo hace Clinton, aunque cree que «cuando hay adversidad el país espabila».
Respecto a Obama, que a su juicio «parecía un hombre de gran integridad», ha señalado que ha continuado la «manera americana de hacer las cosas» y ha creado el «estado de vigilancia global más grande que se puede concebir».
Stone ha relatado que desarrollar este proyecto y sacar adelante esta película se convirtió en toda una hazaña secreta. Aunque todo era «legal», mantuvieron «offline» todo lo posible los detalles y llevaron a cabo reuniones «persona a persona» para evitar que alguien pudiera interceptar sus comunicaciones.
El actor Joseph Gordon-Levitt ha relatado que viajó hasta Moscú para conocer a Snowden y mantuvo una reunión de cuatro horas en las que se fijó en sus gestos, en su forma de dar la mano y de caminar, para captar los matices del personaje al que iba a dar vida, que siempre se ha mostrado celoso de los aspectos más personales. «Ha arriesgado su propia vida y ha aguantado la vergüenza de que hagan película sobre él», ha explicado.