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Mañueta, la calle de los baños y la Merced, residencia del verdugo

El origen del popular término de la Mañueta está en una peculiar euskaldunización de la palabra baños. A escasa distancia de esta vía se encuentra la calle de la Merced, que llegó a llamarse Cantarranas y en la que residía el verdugo de la ciudad.

La Mañueta era una calle que contaba con baños en la Edad Media.
La Mañueta era una calle que contaba con baños en la Edad Media.

El topónimo Mañueta es consecuencia de que los iruindarras euskaldunizaron el término baños en bañus, mañu y como había muchos, mañu-eta. La presencia de esos baños se remonta al año 1324, cuando se estableció que en la repoblación de la Navarrería, arrasada en la guerra entre los Burgos de 1276, el rey tendría su judería, capitolio, carnicería y baños, que se instalaron en el barrio de la Mulatería.

La calle Cantarranas (Merced), hogar del verdugo. En el siglo XVI se llamaba calle Cantarranas al último tramo de la actual calle de la Merced. En ella vivía el verdugo, que disfrutaba de vivienda gratis a causa de su oficio. En esta misma calle, el Ayuntamiento instaló una casa pública de mancebía en el siglo XVI.



Los jesuitas dieron el nombre a la calle Compañía. El 29 de abril de 1580 quedaba establecida en un caserón de la calle del Alfériz la residencia de la Compañía de Jesús. La llegada de los jesuitas a Iruñea generó las protestas de otras órdenes religiosas, que veían incrementada su competencia espiritual con la presencia de los compañeros de Francisco de Xabier. Los jesuitas crearon en la ciudad el colegio de la Anunciata, que mantuvo abiertas sus puertas hasta 1767, año en el que el rey español Carlos III ordenó la expulsión de la Compañía de sus dominios. En recuerdo de esa primera presencia de los jesuitas en Iruñea, se puso el nombre de Compañía a la calle donde estuvieron afincados.