Entre ellos figuran el ex secretario general del PP de Madrid Ricardo Romero de Tejada, el exconsejero en representación del PSOE José María de la Riva o el exvicepresidente de la caja Ramón Espinar, todos los cuales han asegurado que nunca recibieron advertencia alguna sobre el uso que debían dar a las tarjetas aparte de los límites de gasto establecidos en cada caso.
Romero de Tejada ha indicado que durante 18 años hizo uso de la tarjeta sin ningún problema, dentro del límite establecido, y sólo en dos ocasiones le llamó el secretario general para advertirle de que había llegado al límite, con lo cual dejó de gastar hasta el siguiente periodo.
El exdirigente del PP madrileño ha revelado que guardó durante algún tiempo los justificantes de gastos «por pura prudencia» y como una manera de controlar sus gastos. Entre otros cargos figuran revisiones de su vehículo particular, que ha explicado que se producían dado que no disponía de coche corporativo.
En total pagó con la tarjeta opaca 212.216,09 euros. De ellos, en un solo día gastó 1.339,95 euros en una instalación hípica, e hizo numerosos cargos, especialmente destinados a compra de tabaco, restaurantes, viajes y hoteles.
José María de la Riva, por su parte, ha explicado que también él guardó los justificantes durante algún tiempo, pero cuando preguntó le explicaron «que no tenía que guardarlos para nada y que podría ejercer mi libertad en el uso de la tarjeta».
De la Riva desembolsó 208.000 euros con la tarjeta de Caja Madrid, de ellos la mayoría en vestimenta, debido a que por su cargo tenía muchas actividades sociales y tenía que corresponder a muchas invitaciones, y como profesor de instituto no tenía ropa adecuada.
De la Riva, al igual que el resto de acusados que han declarado hoy, no reconoce la validez de las tablas de excel facilitadas por Bankia con el detalle de los gastos, porque en su opinión se trata de un documento «que no tiene nada que ver con la práctica bancaria».
El que fuera vicepresidente de Caja Madrid, Ramón Espinar, ha señalado también que nunca guardó los justificantes porque así se le indicó, pues «no eran necesarios».
Se trataba de una tarjeta de «libre disposición, que se manejaba con gran prudencia y para conceptos como vestuario, viajes, etc», por los que Espinar desembolsó 178.400 euros entre octubre de 1995 a enero de 2010.
Tampoco Espinar ha admitido la validez de las hojas de excel que enumeran los gastos efectuados, pues ha encontrado «errores de bulto».