La declaración que la novia del teniente de la Guardia Civil que protagonizó la trifulca en la madrugada del sábado en Altsasu realizó de manera espontánea ante la Policía Foral es completamente contradictoria con la «versión oficial» de los hechos que se ha difundido.
M.J.N.C, de 19 años de edad, declaró ante la Policía Foral a las 12.00 del sábado –casi siete horas después de los hechos– en el Complejo Hospitalario de Nafarroa (CHN), en Iruñea, donde estaba ingresado el teniente del instituto armado para ser tratado de la fractura de tobillo.
En su declaración, a la que ha tenido acceso GARA, relata que a las 3.00 un grupo de personas les miraron mal en el interior de un bar y que llegaron a encararse. Posteriormente, señala que fuera del establecimiento se produjo un enfrentamiento en el que participaron unas seis personas, una cifra ostensiblemente diferente de las 50 o 60 que esta misma persona señaló en una entrevista radiofónica.
Asimismo, la joven relató ante la Policía Foral que ella misma mordió a uno de los participantes en la trifulca en un brazo, lo que, indicó, podría servir para identificarlo. La víctima del mordisco tendría unos 30 años, según su testimonio, una edad notablemente superior a la de los detenidos por estos hechos.
En el parte médico del sábado de la novia del teniente aparece que padecía dolor generalizado paravertebral, por lo que se le recetó ibuprofeno. Al día siguiente, se le diagnosticó que tenía una tendinitis. En ningún caso aparecen los hematomas que hubiera tenido si la versión del linchamiento fuera cierta. Asimismo, no menciona en ningún momento que el enfrentamiento se produjera por la condición de guardias civiles de sus acompañantes ni que nadie gritase «Alde Hemendik».
Intervención de los mandos
Su compañero, el teniente destinado en Altsasu, también estaba dispuesto a prestar declaración ante la Policía Foral el sábado al mediodía en el hospital, pero pidió posponerla porque iba a ser visitado por el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa.
Sin embargo, posteriormente rechazó declarar, con el argumento de que se lo habían prohibido sus mandos. La misma razón esgrimieron el sargento y su novia, los otros dos implicados en la trifulca.
Todos ellos optaron por declarar ante sus compañeros de la Guardia Civil bastantes horas después de que se hubieran registrado los hechos. Esta declaración todavía no se encuentra a disposición de la defensa de los detenidos y, presumiblemente, es la base de la versión oficial del linchamiento difundida por medios de comunicación.
El informe elaborado por la Policía Foral que acudió a Altsasu constata que uno de los agentes de la Guardia Civil tenía magulladuras y que su compañera había sido zarandeada. En ningún momento se describe en el informe una situación equiparable a la de un linchamiento, sino que relatan que los forales permanecieron varios minutos en el lugar de los hechos y que los guardias se encontraban desorientados en la calle.