Josetxo Romero

Destitución de Martín y llegada de Caparrós

La destitución de Martín ha generado un gran revuelo en la afición rojilla y creado un debate que ya estaba en boca de mucha gente, pero que estos días se ha acrecentado.

Martín, en su rueda de prensa de despedida tras su destitución. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)
Martín, en su rueda de prensa de despedida tras su destitución. (Iñigo URIZ/ARGAZKI PRESS)

Entiendo tanto las razones de los defensores de Martín -ha salvado al equipo de desaparecer en dos ocasiones, ha subido a Primera, la plantilla es la que es, etc.-, como las de sus detractores -11 partidos una victoria, el equipo juega siempre a lo mismo, estamos en puestos de descenso, etc-.

Pero hay que tener una cosa clara. Cuando la junta directiva de Osasuna toma esta decisión es porque piensa que es lo mejor para el equipo. Porque creen que, con el cambio, el equipo va a mejorar y van a llegar los buenos resultados. No porque Martín les caiga mal o bien. Y luego está la segunda parte… nadie te asegura que, con dicho cambio, la dinámica vaya a ser mejor, ni que, con Martín, el equipo se fuera a salvar. En toda decisión que se toma está el riesgo de que salga bien o mal.

En lo que sí creo que estamos todos de acuerdo es en las formas de comunicar su despido. Ahí la junta directiva no ha estado a la altura. Debían haber tenido en cuenta todo lo que Martín ha hecho por el Club Atlético Osasuna. Y se han equivocado. Y creo que a Martín, por lo que ha dicho en su rueda de prensa, lo que más le ha dolido es eso. Las formas de comunicárselo.

Porque al final, Martín es un hombre de fútbol y sabe que esto es ley de vida en este mundo. Cuando los resultados no acompañan, el chivo expiatorio, en la mayoría de los casos, es el entrenador. Y esta vez le ha tocado ser el despedido, cuando en otras habrá sido el contratado.

Y entre toda esta vorágine que se ha creado alrededor del Club Atlético Osasuna, ha llegado un nuevo entrenador, Joaquín Caparrós. Desde hace unas temporadas, se le ligaba en muchos momentos al equipo rojillo. Ahora, ha llegado. Creo que puede ser un entrenador que encaje en la filosofía de fútbol que gusta aquí:  intensidad, agresividad, presión en todo el campo… Y por su trayectoria tiene también el componente de que le gusta mirar a la cantera y hacer debutar a gente joven. Así que solo queda desearle toda la suerte del mundo que, como ha dicho Martín, él es el capitán del barco ahora y su suerte será la suerte de todos.