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«Ongi etorri» a Huarte y Zuluaga con apología de la desobediencia

«Si ellos no cumplen con los derechos humanos ni con el cupo que han firmado, tenemos el derecho legítimo a desobedecer». Así lo afirmaron ayer Begoña Huarte y Mikel Zuluaga tras su llegada al aeropuerto de Loiu, donde fueron recibidos por familiares, amigos y un centenar de personas que mostraron banderas de la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak y pancartas con el lema «La solidaridad no es delito. Yo también lo haría».

Los dos activistas vascos detenidos en Grecia por intentar ayudar a un grupo de refugiados llegaron a Loiu poco después de las doce del mediodía procedentes de Atenas, vía Frankfurt. En el mismo aeropuerto, Huarte y Zuluaga ofrecieron una rueda de prensa en la que recordaron los nombres de los ocho refugiados que intentaron pasar en su furgoneta.

«Por todos ellos seguiremos, tenemos el derecho legítimo a desobedecer ante las injusticias», afirmaron, al tiempo que insistieron en que «lo volverán a hacer».

Respecto a la imputación que pesa sobre ellos de «imprudencia grave para la integridad de las personas refugiadas», explicaron que llevaban a los ocho refugiados «camuflados» en un «habitáculo» que habían construido en la caravana, donde tenían que permanecer solo diez minutos hasta lograr pasar la frontera.

En sus declaraciones a los medios informativos, ambos activistas vascos defendieron que todos los seres humanos tengan los mismos derechos, y en este sentido señalaron que «no se puede permitir que una valla o una concertina» establezca una discriminación entre los «privilegiados y los expulsados».

También explicaron la acción que han desarrollado en Grecia en apoyo de los refugiados, y a este respecto dijeron que es «muy pequeña respecto al puzle que debemos crear uno a uno».

Además, alertaron de los «miles de muertos» que se pueden producir «por una simple línea que es una frontera».

«Si ellos no cumplen con los derechos humanos ni con el cupo que han firmado –añadieron ambos activistas– tenemos el derecho legítimo a desobedecer. La desobediencia civil es una herramienta que interpela al Gobierno, a nosotros y que crea sensibilidades».

En la misma línea, incidieron en que a través de la «desobediencia civil, de forma pacífica, es como se puede incentivar e interpelar a los estados para que modifiquen su actitud y cumplan así el cupo que ellos mismos han firmado hace un año».

Entre otras cosas más, abogaron por «crear puentes entre las personas y los pueblos» y hacer de Euskal Herria «esa tierra de acogida que con normalidad traiga refugiados y los acojamos en nuestras casas».

«No cabe seguir esperando»

En el recibimiento a Huarte y Zuluaga participaron miembros de la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak, quienes leyeron un comunicado en el que mostraron su apoyo a la acción de ambos activistas en defensa de los refugiados. «Porque en su lugar, todas y todos atravesaríamos fronteras, aunque fuesen ilegales», remarcaron.

Junto a ello, hicieron un llamamiento para «conseguir eliminar las causas de los desplazamientos masivos de personas en el mundo», y urgieron a tomar medidas. «A quienes nos dicen que hay otra manera de hacer las cosas –agregaron– solo nos cabe preguntarles por qué no las están haciendo ya. No cabe seguir esperando. En 2016 han muerto en el Mediterráneo más de 5.000 personas intentando llegar a Europa».