Bárcenas, que no fue tesorero del PP hasta 2008, ha reiterado que no manejaba ni la contabilidad oficial ni la «extraoficial» del PP y que era su superior Álvaro Lapuerta, a quien no se puede juzgar por demencia sobrevenida, el que se encargaba de ello.

«Si no podía manejar los (fondos) oficiales, mucho menos los extraoficiales que requieren una prudencia y un control exhaustivo», ha dicho a preguntas de los abogados de la defensa tras negarse a contestar a las acusaciones, escudándose en el «intenso» interrogatorio al que ya le ha sometido la fiscal durante los dos días anteriores.

Según su versión, Lapuerta, a quien ha calificado como una persona «honorable» y puntillosa, quería cerciorarse de que todo se hacía bien en la caja B del partido y por ello le pedía que certificase las entradas de donativos de empresarios que se metían luego en una caja fuerte, de modo que hubiera un doble control.

«No es connivencia, es control y celo excesivo, el tener la certeza de que la aplicación de esos fondos es correctísima, precisamente por lo delicado que es manejar dinero en efectivo y que puede ser susceptible de que alguien pueda hacer razonamientos que no se corresponden con la realidad», ha argumentado.

Bárcenas ha vuelto a insistir en que nunca recibió comisiones de empresarios de manos del cabecilla de Gürtel, Francisco Correa, ni intercedió ante ministros para adjudicar obras públicas.

Ha dicho que su fortuna son fondos procedentes de su actividad y ha intentado explicar de dónde salieron los 48,2 millones que llegó a acumular en Suiza. Partieron, ha indicado, de un saldo de 8,4 millones y entre 2000 y 2007 tuvo ingresos por valor de 10 millones más por sus negocios. Ha añadido que esos 18 millones dieron un rendimiento de 30 millones más en su cartera de valores gracias a su capacidad de gestión.

«Mis fondos en Suiza eran perfectamente transparentes y legales. Transparentes, más que legales», ha puntualizado luego.

Bárcenas ha tratado nuevamente de dejar totalmente al margen de sus tejemanejes a su mujer, Rosalía Iglesias. «A mi mujer no le interesan estos temas. No le interesan, no le han interesado nunca y siguen sin interesarle», ha indicado después de afirmar que con ella no hablaba de trabajo porque se limitaba a «llevar la casa».

Tras alrededor de 17 horas declarando desde el lunes, Bárcenas ha acabado este miércoles de ser interrogado y mañana le tocará el turno al exdiputado del PP Jesús Merino.