Los trabajadores, que han estado acompañados por el concejal responsable del área de Circulación, Transportes y Medio Ambiente, Alfonso Gil, y ediles del PP y de EH Bildu, han desplegado una pancarta en la que se leía «Erasorik ez. ¡Ni una agresión más!».

El presidente del comité de empresa, José Fernández, ha dado lectura a un comunicado consensuado en el órgano de representación de los trabajadores, en el que los trabajadores manifiestan su «más enérgica protesta y rechazo por la agresión sufrida por un trabajador el pasado domingo».

Asimismo, trasladan que no van a permitir «ninguna agresión, bien sea física o verbal», durante el desarrollo de su labor diaria y que tomarán las medidas que se estimen oportunas «para que dichas agresiones no queden impunes».

Además, manifiestan que en Bilbobus están comprometidos en prestar un servicio público de calidad «y no para ser agredidos gratuitamente». «Especial mención de agradecimiento merecen los viajeros que, con su actitud de mediación en las agresiones, evitan malos mayores», añaden.

Fernández, que ha dicho que no han tenido contacto con el taxista implicado en la agresión, ha explicado lo ocurrido «no es cuestión ni de gremios ni de diferentes sectores, sino un problema de agresiones y de actitudes en determinados momentos puntuales, que no va más allá», por lo que ha insistido en que «no se trata de culpabilizar a ningún gremio ni persona, sino a una actitud determinada en un momento determinado».

«Depurar responsabilidades»

Por su parte, el edil de Circulación, Transportes y Medio Ambiente, Alfonso Gil, ha manifestado que «el agredir a un servidor público, porque un conductor no deja de ser un servidor público, es un hecho rechazable y seguimos firmes en la determinación de depurar responsabilidades en el trayecto jurídico».

En ese sentido, ha señalado que será la justicia la que «determine la responsabilidad del infractor» y ha indicado que el Ayuntamiento «tiene derecho, en base al interés público, a pedir responsabilidades sobre las incidencias que haya podido darse en la falta de servicio».

En este caso, ha dicho, «parece que ha habido una agresión de un servicio público a otro trabajador público». «La carretera genera muchas incidencias, mucho mal humor», ha reconocido Gil, para pedir que «se conjuren todos, taxistas, conductores de Bilbobus y todos aquellos que tienen una responsabilidad pública, en este caso de movilidad, para que, entre todos, hagamos que nuestro trabajo sea pacífico y se haga sin exabruptos».

Desde el Ayuntamiento, ha explicado Gil, no se han puesto en contacto con el taxista implicado, aunque sí han hablado con el conductor del autobús. El edil de Circulación, Transportes y Medio Ambiente que ha adelantado su intención de hablar con la asociación a la que pertenece el taxista, ha llamado a «la reflexión» ante «este tipo de incidentes que se dan habitualmente, no en los servicios públicos sino entre personas que nos transformamos al volante», porque «tenemos que ser conscientes todos de que si tenemos un poco de paciencia las cosas funcionan».