El juicio contra cuatro guardias civiles, acusados de agresión sexual, torturas y lesiones a Sandra Barrenetxea ha vivido hoy su segunda sesión en la Sección Primera de la Audiencia de Bizkaia. Este miércoles ha sido la propia Barrenetxea la que ha narrado al tribunal lo que vivió en 2010, cuando fue detenida acusada de pertenecer a Ekin y durante los días que permaneció incomunicada.
A su llegada a los juzgados Barrenetxea ha estado arropada por decenas de personas que se han concentrado frente al Palacio de Justicia, entre las que se encontraba una representación de EH Bildu.
Según ha explicado Barrenetxea en su declaración, el trato inicial fue «correcto» pero después comenzó el tormento. «Fue un shock absoluto», ha recordado.
Ha relatado que le trasladaron a Madrid en coche, acompañada de cuatro agentes: «Me bajaron los pantalones, se reían de mi, me insultaban...», ha apuntado. Asimismo, ha explicado las prácticas de asfixia que le aplicaron con la bolsa. Cree que fueron los mismos agentes que viajaron con ella en el coche: «Me insultaban, me llamaban puta... Era un caos».
El juicio se ha parado unos minutos cuando Barrenetxea no ha podido continuar con el relato al recordar las amenazas de violación vividas en dependencias de la Guardia Civil. Tras reanudar la narración, ha señalado que el médico forense «no se preocupó» pese a lo que ella le contaba respecto a golpes y amenazas de dejarla estéril. «Para qué le iba a decir al forense que me habían bajado los pantalones, si no era capaz de darme un analgésico», ha matizado.
Uno de los momentos más tensos ha llegado cuando Barrenetxea ha mirado a los cuatro guardias civiles juzgados y ha identificado a tres de ellos, entre sollozos y con voz entrecortada.
«Por lo vivido, es difícil tener un relato completo»
Tras ello, Carlos Aguilar, letrado de los guardias civiles, ha tratado de desacreditar el estado de Barrenetxea tras su detención en 2010. Sin embargo, la joven ha defendido que sus denuncias «son coherentes», aunque ha reconocido que, por lo vivido, «es difícil tener un relato completo».
Asimismo, ha admitido que «ir a un sicólogo no es un trago fácil. Asumir que no eres capaz de gestionar tu vida», ha subrayado para explicar su calvario. Pese a ello, ha destacado que no sabe de dónde sacó las fuerzas para negarse a declarar en comisaría. «No quería estar en la cárcel 20 años como me habían amenazado».
La sesión ha seguido con la declaración por videoconferencia el abogado de oficio que asistió a Barrenetxea en dependencias de la Guardia Civil, cuando estaba incomunicada. Ha reconocido que no habló con la detenida ni en las dependencias de la Guardia Civil ni en su asistencia en la Audiencia Nacional española.
La acusación particular pide para los encausados penas que suman los 19 años de cárcel por agresión sexual torturas y lesiones, mientras Fiscalía y defensa solicitan su libre absolución al estimar que no cometieron delito ni falta.