Ambas dirigentes se han reunido durante cerca de una hora en un hotel de Glasgow, en su primer encuentro desde que la líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP) anunciara hace dos semanas sus planes para impulsar un nuevo referéndum de independencia.
Antes de que este martes el Parlamento de Escocia vote una moción para otorgar al Gobierno de Sturgeon el mandato para promover ese plebiscito, la jefa del Ejecutivo de Londres ha indicado que las complejas negociaciones con Bruselas requrrirán que todos trabajen juntos.
«En Escocia, Gales e Irlanda del Norte, eso significa respetar, y sin duda fortalecer, los acuerdos de autonomía. Pero nunca permitir que la unión se separe y se debilite o que nuestra gente sea dejada atrás», ha declarado May en una intervención antes del encuentro.
Un portavoz de Downing Street había avanzado que May subrayaría ante Sturgeon la posibilidad de que Edimburgo reciba nuevas competencias cuando estas sean devueltas por Bruselas, pero la líder escocesa ha declarado tras la reunión que «no hubo ninguna garantía de que las competencias, cuando sean devueltas de Bruselas, no acabarán centralizadas en Westminster. Tenía la impresión de que venía a ofrecer algo, en el sentido de nuevos poderes, pero no fue el caso».
May ya había advertido antes del encuentro de que mantiene su oposición a cualquier nueva consulta antes de que los escoceses conozcan los detalles del futuro acuerdo entre Londres y Bruselas, y hoy ha insistido en que «este no es el momento para hablar sobre un segundo referéndum de independencia».