Varios cientos de personas se han reunido en torno al Palacio de Justicia de Bilbo para que, cinco años después de la muerte de Iñigo Cabacas por un pelotazo de la Ertzaintza, se depuren responsabilidades. Los participantes han rodeado por completo la sede judicial coreando la consigna «Justizia Iñigorentzat».
Frente a las escaleras de acceso se han situado el padre y la madre del joven aficionado del Athletic, que ha recibido numerosas muestras de apoyo de los concentrados. Tras completar la cadena humana, los manifestantes se han concentrado ante la fachada principal del Palacio de Justicia, donde en primer lugar ha tomado la palabra David González, integrante de Iñigo Gogoan Herri Ekimena, quien ha asegurado que «las palabras sobran. El caso de Iñigo es tan claro que solo queda pedir justicia».
A continuación, ha tomado la palabra Manu Cabacas, quien después de demandar justicia para su hijo muerto hace cinco años por la intervención de la Policía autonómica en el callejón de María Díaz de Haro, ha agradecido el respaldo que reciben. «La familia os necesitamos como el agua. Sin vosotros –ha dicho dirigiéndose a los manifestantes– no habría nada».
Además, ha animado a participar mañana en el homenaje de amigos y familiares rendirán a Pitu en el lugar donde cayó herido de muerte tras la carga policial a las 12.30. Sus palabras han sido contestadas por los concentrados al grito de «Manu, Fina aurrera».
Después, González ha señalado que fue una «sorpresa» el auto del lunes de la titular del Juzgado de Instrucción nº 10 de Bilbo, tal que, ha apuntado, las abogadas de la familia lo conocieron por la prensa. «No perdamos el norte, todavía queda mucho por delante», ha advertido el portavoz de la iniciativa ciudadana, refiriéndose al auto que imputa a tres mandos de la Ertzaintza que estaban en las furgonetas que acudieron al lugar donde cayó herido de muerte Cabacas Liceranzu el 5 de abril de 2012.
Familia y plataforma ciudadana entiende que todos los agentes de aquel operativo «deberían de estar imputados», especialmente el jefe del operativo desde la comisaría de Deustua, el denominado «Ugarteko», y también los responsables políticos, por aquel entonces el consejero de Interior, Rodolfo Ares. Iñigo Gogoan sigue insistiendo en que cinco años después de la muerte del joven no se ha tomado ninguna medida para que algo semejante no vuelva a suceder. «Las pelotas de goma no están prohibidas. Y el modelo policial que acabó con la vida de Iñigo sigue vigente», denuncian.