Ingo NIEBEL

La CDU espera ganar por tercera vez consecutiva ante el SPD de Schulz

Después de la victoria en el norte alemán, la CDU de Angela Merkel podría ser también primera fuerza política en Renania del Norte-Westfalia. El SPD aún no pierde la esperanza de que el «efecto Schulz» se deje notar, por fin, en un resultado electoral.

Alemania vive bajo el dictado de las encuestas. En relación a las elecciones regionales que se celebran hoy en Renania del Norte-Westfalia, los sondeos muestran casi los mismos resultados que en enero. La Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller, Angela Merkel, se bate con el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) de Martin Schulz, primera fuerza política en el estado federal más poblado de Alemania. Ambos se mueven en torno al 32%. La ministro presidente, Hannelore Kraft (SPD), tiene razones para temer perder el poder porque su socio minoritario, los ecologistas Verdes, sólo obtendría el 7,5%. Mientras tanto, el Partido Liberaldemocrático (FDP) espera recibir el 12% de los votos, lo que le convertiría en tercera fuerza política y en socio preferido de la CDU regional.

Por el quinto puesto compiten el socialista Die Linke y la xenófoba Alternativa para Alemania (AfD), que se situarían sobre los 6 puntos porcentuales, sólo uno por encima del límite del 5%. El Linke quiere regresar al hemiciclo de Düsseldorf y para la AfD sería la decimotercera entrada consecutiva en un parlamento regional, lo que decidirá también el futuro de su presidenta nacional, Frauke Petry.

La AfD se halla al borde de un nuevo cambio de poderes y de líderes. Petry y su marido Marcus Pretzell, a la sazón jefe del comité regional de este land, se están jugando su futuro político en la nueva formación. Más que una lucha por el rumbo ideológico y político del partido es una pugna personal por su control. En el reciente congreso de abril en Colonia, Petry no pudo ni llevar a debate su proyecto político y tuvo que ver cómo sus rivales internos conseguían el apoyo de la mayoría de los delegados, que no le designaron candidata a canciller para las elecciones generales en setiembre. Desde entonces, su Presidencia y quizás también su liderazgo en el comité regional de Sajonia tienen fecha de caducidad. Para desactivar la cuenta atrás, Pretzell tendría que obtener hoy el 10% o más de los votos.

Sin reflejo en las urnas

En una situación parecida se encontraba Angela Merkel desde que en febrero el SPD provocara el denominado «efecto Schulz», al nombrar al expresidente del Parlamento Europeo líder de partido y candidato a la Jefatura del Gobierno. El nuevo líder arrasó en los sondeos de tal manera que muchos creían que la actual canciller tenía ya los días contados. Todavía los analistas no se han puesto de acuerdo en si el SPD confirmó a Schulz como su presidente con un insólito cien por cien de los apoyos por emoción o por desesperación.

Sin embargo, las recientes dos citas electorales regionales han puesto de manifiesto que el auge del líder socialdemócrata en los sondeos ha sido un espejismo porque no ha encontrado su reflejo en las urnas. La CDU ganó primero en el País de Sarre y, el pasado domingo, en Schleswig-Holstein, donde se impuso, además, con un candidato joven y poco conocido. Estos últimos comicios fueron, asimismo, un duelo directo entre Merkel y Schulz, que intervinieron personalmente en la campaña electoral. La líder democratacristiana venció con facilidad a su rival socialdemócrata. Acto seguido, y para salvar a Schulz, el SPD responsabilizó de la derrota en el norte a su ministro presidente, Torsten Albig, supuestamente por haber convertido la separación de su esposa en parte de la campaña electoral.

Aunque los dos recientes éxitos de Merkel y los pronósticos de las encuestas son esperanzadores para la CDU, en Renania del Norte-Westfalia se mueve en un terreno político más difícil porque al haber sido en el pasado el corazón industrial de Alemania –la Cuenca del Ruhr se encuentra aquí–, es uno de los feudos históricos del SPD y Kraft tiene cierta popularidad. No obstante, su ministro de Interior, Rolf Jäger, ha restado credibilidad al Ejecutivo de Düsseldorf por el papel que jugó tanto tras los ataques masivos de supuestos refugiados contra mujeres en Colonia en 2015 como también por los fallos que permitieron que un refugiado yihadista pudiera atentar con un camión contra un mercadillo de Navidad en Berlín.

A ello habría que añadir que este land encabeza las clasificaciones en materia de desempleo y de deuda pública, en relación a las estadísticas de criminalidad y en lo que se refiere a las deficiencias en el sistema educativo en comparación con los otros quince estados federales.

Hace un lustro, la CDU perdió el poder por su política neoliberal y por haber impuesto una alta tasa a los estudios universitarios. El SPD y los Verdes anularon esta medida cuando llegaron al poder.

«No apto para gobernar»

Para poder seguir gobernando, el bipartito necesitaría hoy por hoy el apoyo del Linke. Hace cinco años hubo elecciones anticipadas porque los tres partidos no consiguieron alcanzar un acuerdo. Die Linke pagó un precio por este fallido experimento, quedándose fuera del hemiciclo. Ahora, la CDU de Armin Laschet espera que la mera opción de un tripartido de estas características active un poco más a su propio electorado, tal y como ha ocurrido en el País de Sarre. Precisamente para evitar una campaña en ese sentido, Kraft y el SPD rechazaron rotundamente el miércoles cualquier colaboración con el Linke en Düsseldorf, diciendo que «no es apto ni para gobernar ni para formar una coalición». Hoy mismo se conocerá la reacción del electorado.