Pedro Sánchez confirmó su tirón entre la militancia del PSOE al vencer con casi un 50% de los votos en unas primarias cuyo resultado supone una derrota sin paliativos del aparato, personificado en la presidenta andaluza, Susana Díaz, quien pese al apoyo expreso de los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, se quedó con un 40%. Esta derrota se hace extensiva a la mayor parte de los barones regionales y a la prensa a su servicio, englobada en el grupo Prisa.
Con el 90% escrutado, Sánchez venció en todas las CCAA excepto en Andalucía –coto privado de Díaz–, en Aragón –donde la candidata oficial sacó apenas un centenar de votos más que su rival– y en los tres herrialdes de la CAV, donde se impuso Patxi López, aunque Sánchez cosechó un 40% .
La operación López, con la que el aparato buscaba hurtar apoyos a Sánchez, no terminó de funcionar y el «lehendakari» que llegó al poder en Lakua en 2009 con los votos del PSOE rondó el 10% de los apoyos.
Sin embargo, tanto Susana Díaz como el resto de barones no pueden ni siquiera culpar a López, porque los números de los resultados confirman que la derrota es suya y solo suya.
«El problema eres tú»
Y es que Susana Díaz, que en el debate de hace una semana utilizó un lenguaje condescendiente para con su rival y aseguró a Sánchez que «el problema eres tú» ni siquiera ganó en Extremadura, otro feudo histórico de las baronías que han acabado por desdibujar, cuando no abiertamente de pervertir, a la formación socialdemócrata.
Sánchez fue el claro ganador en territorios como Nafarroa, y venció incluso en regiones como Castilla-La Mancha o Madrid, donde Díaz le había superado incluso en avales.
En Catalunya, feudo del PSC-PSOE ciertamente venido a menos por su inconsistencia en torno al procés, Sánchez arrasó con el 82,5% de los votos y la candidata oficial, que hace del españolismo profesión de fe política, no superó el 11%.
Sánchez no solo devuelve multiplicado el problema a Díaz. El candidato opositor ha logrado pasar por encima de todos los obstáculos cuando inició su recorrido por el Estado español para recuperar el mando de la Secretaría General del PSOE que le fue hurtado en un golpe de Estado palaciego urdido por el aparato con la cobertura mediática de Prisa. Una asonada tras la que sufrió el abandono de la mayoría de su Ejecutiva; de los hombres de confianza que le habían respaldado, como el propio Patxi López, Oscar López, César Luena o Antonio Hernando, y tras la que renunció a su acta de diputado. Entonces tuvo que afrontar incluso la deserción de algunos barones que le habían apoyado como Francina Armengol o Sara Hernández e incluso tuvo que lidiar, a tenor de los resultados de ayer con éxito, con la neutralidad declarada del polifacético y bailarín líder del PSC, Miquel Iceta.
No es la primera vez que Sánchez vence en unas primarias. Pero si en julio de 2014 el político madrileño consiguió ser secretario general del PSOE venciendo a Eduardo Madina con el apoyo de Susana Díaz y buena parte del aparato, tres años después ha vuelto a hacerlo con la bandera de la izquierda, aupado por las bases y repudiado por los notables.
El enfrentamiento de Sánchez con la mayoría de los barones del partido alcanzó su cénit en el Comité Federal fratricida del 1 de octubre, que terminó con la dimisión del secretario general, que no logró forzar la convocatoria de un Congreso Extraordinario y perdió el pulso en un golpe de Estado palaciego anunciado prácticamente en directo por el expresidente González desde Latinoamérica.
Con una gestora dirigiendo provisionalmente el partido, se ordenó al grupo parlamentario del PSOE abstenerse en bloque para facilitar la investidura de Mariano Rajoy como presidente español. Siete meses después de su derrocamiento, Sánchez vuelve y asegura que es un hombre distinto. Eso está por ver aunque es indudable que llega con un plus de legitimidad.
El PP tiene otro problema
Por de pronto, el PP lamentó la victoria de Sánchez y «la vuelta del ‘no’ es ‘no’», que coreaban sus seguidores en Ferraz aunque se negó a especular sobre un eventual adelanto electoral. «Una desgracia para España», tuiteó el líder del PP Catalán, Xavier García Albiol.
El líder del Podemos, Pablo Iglesias, le felicitó por su triunfo y constató que los militantes del PSOE «han mandado un mensaje muy claro». La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, hizo lo propio e instó a Sánchez a «empezar a trabajar mañana mismo (por hoy) para echar al PP».
Antonio Hernando, primera víctima de la victoria de Sánchez
El portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Antonio Hernando, fue anoche la primera víctima de la victoria de Pedro Sánchez en las primarias del partido. Hernando comunicó al presidente de la gestora del partido, Javier Fernández, su «dimisión inmediata», antes de conocerse los resultados definitivos. Hernando fue portavoz del PSOE en la Cámara Baja cuando Sánchez fue secretario general del partido y se mantuvo en el puesto cuando fue defenestrado en octubre. Antes de dimitir publicó un tuit para felicitar a Sánchez, de quien fue hombre de máxima confianza y del que se distanció poco antes de que fuera apartado del cargo. Hernando se encargó de defender la abstención del PSOE, contra la que se mantuvo firme Sánchez, en la investidura de Mariano Rajoy. Sánchez se mostró «decepcionado» y en las últimas semana dejó claro que si ganaba Hernando dejaría de ser portavoz parlamentario. En una primera comparecencia anoche en la que no mencionó una sola vez el nombre de Pedro Sánchez, Susana Díaz, la gran perdedora, se puso a disposición del partido tras reconocer su derrota. «Todos vamos a arrimar el hombro y a ponernos a disposición del partido», aseguró Díaz con cara de circunstancias. «El PSOE tiene que ser la alternativa de Gobierno y por eso defendemos un proyecto coherente y autónomo», sostuvo. Sus compañeros de equipo fueron abucheados cuando abandonaban la sede de Ferraz. El tercer candidato en discordia, Patxi López, aseguró que el PSOE «ha demostrado que es un partido vivo» y felicitó a «mi secretario general, el secretario general de toda la militancia». Acabado el proceso interno de primarias, «ahora nos espera la sociedad española», subrayó.GARA