Txente REKONDO

Una sangrienta noche como de verano

Sí, aún estamos en primavera, pero Londres en la noche del sábado parecía en pleno verano. El ambiente en las calles y los pubs (la final de la Champions era un buen reclamo) así lo confirman. En los días precedentes se vivía una sensación rara. Mientras en los barrios obreros se seguía con interés la campaña, en las zonas turísticas se apreciaba menos gente que en años anteriores por las mismas fechas. Algunos apuntaban a los pasados atentados en torno al Parlamento británico y al más reciente contra el concierto de Manchester, como motivo de esa caída relativa del turismo en una ciudad donde la avalancha de visitantes aporta importantes ingresos. Sin embargo, la vida londinense seguía su ritmo normal. Esos días oficinistas, trabajadores locales y turistas seguían cruzando las calles. Por otro lado, la campaña electoral seguía acaparando la atención de los medios locales. Algunas encuestas (sí, aquí también recuerdan los fracasos estrepitosos de las mismas en recientes citas con las urnas) mostraban un importante auge del laborista Jeremy Corbyn, que recortaría la ventaja que mantiene la líder de los tories, Theresa May. Ese acercamiento ha puesto nerviosa a May, que ha evitado enfrentarse cara a cara a Corbyn en un debate televisado sobre temas económicos, la principal preocupación de buena parte del electorado. La negociación del Brexit (con o sin acuerdo), el sistema sanitario y educativo, los impuestos y, en menor medida, la inmigración (de hecho en el último debate televisado multipartidista, tan sólo el representante del UKIP mencionaba el tema, ligándolo además a los ataques armados anteriores) son el centro de la campaña. O lo eran hasta esa maldita noche. De momento una cierta sensación de psicosis se ha apoderado de algunos turistas. Mientras apuramos el penúltimo trago de nuestra pinta, seguimos debatiendo con John (declarado tory) y Julie (partidaria de Corbyn) sobre la influencia de este ataque en las elecciones. Más allá de las discrepancias políticas, los tres coincidimos: por desgracia éste no será el último ataque y buena parte del stablishment continuará emitiendo sucesivas condenas, pero sin buscar las raíces que subyacen bajo el llamado yihadismo transnacional.