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Donostia

La abuela materna de Julen S. asegura que no había dinero en las huchas del piso

La defensa del padre de Julen S. plantea que la muerte del niño fue producto de un accidente cuando el menor se clavó un cuchillo en el pecho mientras intentaba abrir la tapa de una hucha con forma de casco, pero la abuela materna ha asegurado que el menor sabía que en esas huchas no había dinero y eran decorativas.

Una de las sesiones del juicio. (Gorka RUBIO/ARGAZKI PRESS)
Una de las sesiones del juicio. (Gorka RUBIO/ARGAZKI PRESS)

La defensa del acusado, para el que la Fiscalía y la acusación particular piden 18 y 20 años de cárcel respectivamente por un delito de asesinato, plantea que la muerte del niño, ocurrida el 1 de diciembre de 2011, fue producto de un accidente cuando el menor se clavó él mismo un cuchillo en el pecho mientras intentaba abrir la tapa de una hucha con forma de casco.

No obstante, la abuela materna de Julen ha dado a entender este miércoles, en la octava jornada del juicio con jurado que se sigue por estos hechos en la Audiencia de Gipuzkoa, que su nieto sabía que las únicas huchas en las que se guardaba dinero en aquella casa eran un cerdito, en el que el propio niño ahorraba con la intención de hacer un regalo a sus tres hermanos con motivo de las próximas fechas navideñas, así como otras tres, con forma de tubo de metal.

Respecto a las huchas con forma de casco, una propiedad de Julen y otra de uno de sus hermanos, la abuela ha dicho que tenían una función decorativa, que no guardaban dinero en su interior.

El niño, según la testigo, sabía que las huchas con dinero ya no estaban en aquella vivienda, porque habían sido recuperadas días antes por su madre y por su abuela.

La mujer ha explicado que su hija se encontraba en proceso de divorcio del acusado y que, en ese contexto, la acompañó, el 22 de noviembre,  al domicilio familiar en el que la pareja residía en régimen de alquiler con intención de retirar ropa de temporada para ella y los niños, así como distintos objetos de valor.

La testigo ha indicado asimismo que, aunque Julen quería a su padre «a su manera», él no recibía el mismo cariño por parte de su progenitor, quien en ocasiones le pellizcaba y le dejaba llorando.

También ha declarado un ertzaina que examinó la cuenta de Julen en una red social en la que, el mismo día de los hechos, había un mensaje de felicitación de un amigo, sin que llegara a encontrar ningún indicio de que el menor tuviera problemas o intención de suicidarse.

Un amigo y compañero de estudios de Julen, con el que compartía a diario recorridos de ida y vuelta al colegio, ha dicho, por su parte, que aunque el menor le comunicó que sus padres se estaban divorciando él «continuó haciendo lo de siempre», sin hacerle pensar «nada raro».