Los encierros de las fiestas se están convirtiendo en una particular pelea entre ganaderías por protagonizar la carrera más rápida. Si los Fuente Ymbro y los Jandilla ya habían logrado unas marcas espectaculares, los morlacos de Victoriano del Río no se han quedado a la zaga y han cubierto los 848 metros del encierro en tan solo 2,16 minutos, lo que les convierte en un serio aspiante a ocupar uno de los puestos en el podio de velocidad de estos sanfermines.
El encierro ha comenzado con una pequeña anécdota cuando uno de los mansos se ha girado hacia los corrales nada más salir, como si quisiera regresar a la tranquilidad que acababa de abandonar. Pero al final, ha cumplido con su deber y se ha sumado a la manada, que ya se lanzaba por la cuesta de Santo Domingo a toda pastilla.
El grupo iba especialmente compacto, con un manso abriendo la carrera y con los cuatro astados negros, el tostado y el colorado bragado meano axiblanco (así era el pelaje de Epicentro, según los expertos) absolutamente hermanados.
En formación compacta han cubierto los tramos de Santo Domingo, plaza Consistorial y Mercaderes. Los morlacos madrileños han tomado sin mayores dificultades la curva de Estafeta y a partir de ese momento se han hecho con las riendas de la carrrera, con un toro negro abriendo el grupo, seguido muy de cerca por otros tres morlacos y los dos restantes.
A pesar de la velocidad, no han faltado mozos que han conseguido mantener por unos momentos el fuerte ritmo de los bureles, lo que ha permitido ver bonitas carreras.
Durante todo ese tiempo, los astados de Victoriano del Río han demostrado una gran nobleza, que incluso ha estado presente en uno de los mínimos momentos de peligros registrados. Se ha producido en el tramo entre Telefónica y la bajada del callejón, donde uno de los toros negros ha impactado con varios mozos en el vallado derecho, aunque, al parecer, sin mayores consecuencias.
Tras ese impacto con los corredores, los morlacos han seguido su marcha en dirección a la plaza, donde el grupo se ha vuelto otra vez compacto antes de entrar en corrales tras dejar a su paso una envidiable marca de 2,16 minutos y con un balance de nueve contusionados.