El Encierro de la Villavesa ha comenzado con retraso, debido a que el mozo ataviado de Indurain no ha aparecido hasta las 8.05 horas. El mocerío ha aguantado la espera pacientemente, sin prisas, sosteniendo los últimos vasos de la fiesta.
Poco despúes «Indurain» ha descendido la cuesta de Santo Domingo como ha podido, ya que la bicicleta no frenaba bien, y cinco minutos más tarde ha comenzado la «carrera» ayudado por mozos y pastores, porque una de las ruedas estaba bloqueada.
Minutos después este peculiar morlaco ha llegado junto a la hornacina donde se coloca la figura de San Fermín, sustituido para la ocasión por un mozo que se había encaramado en su interior ataviado a la usanza del santo. Este mozo ha descendido entonces y se ha unido a la manada, que ha continuado hacia la Plaza del Ayuntamiento tras superar un montón que se había formado a mitad de la cuesta de Santo Domingo.
El encierro, en el que ha participado la pancarta de la peña Anaitasuna, ha continuado por las calles Mercaderes y Estafeta a paso lento pero seguro, y ha llegado al callejón de la plaza de toros a las 8,27 horas, invirtiendo un tiempo de 17 minutos en este peculiar encierro.
Un cohete ha anunciado el fin de la carrera y de las fiestas, pero cientos y cientos de jóvenes han seguido resistiéndose a dar por finalizados los sanfermines y han continuado allí entre gritos de «Pobre de mí» y «San Fermín, San Fermín».