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QUITO

Gobierno y ELN firman su primer alto el fuego bilateral temporal

El Gobierno colombiano y la guerrilla del ELN, que mantienen conversaciones de paz desde febrero en Quito, firmaron ayer un alto el fuego bilateral, el primero, que entrará en vigor el 1 de octubre y se prolongará durante cuatro meses. El acuerdo llegó en vísperas de la visita del papa Francisco a Colombia, adonde llega mañana.

En vísperas de la visita del papa Francisco a Colombia y después de décadas de intentos de diálogo y negociaciones frustradas, el Gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional acordaron en la madrugada del lunes un cese al fuego, bilateral y temporal, que «reduzca la intensidad del conflicto armado. Su objetivo primordial es mejorar la situación humanitaria de la población», según señala el texto.

Santos confirmó el acuerdo, el mayor avance alcanzado por ambas partes desde que iniciaron conversaciones de paz en Quito en febrero. «Hoy, 4 de septiembre, exactamente 5 años después de que anunciamos el acuerdo marco con las FARC que nos condujo a la paz con esa organización guerrillera, vamos a firmar en Quito, después de intensas negociaciones que terminaron esta madrugada, un acuerdo para declarar un cese al fuego y de hostilidades bilateral con el ELN», destacó.

Detalla el texto que el cese anunciado comenzará el 1 de octubre y finalizará el 12 de enero de 2018 y señala que «es un hecho de marcada significación histórica: es el primer acuerdo de esta naturaleza que firma el Gobierno Nacional con esta guerrilla en más de 50 años».

En una alocución televisada desde la presidencial Casa de Nariño, Santos dejó abierta la opción de renovar el acuerdo «en la medida en que se cumpla y se avance en las negociaciones sobre los demás puntos».

El texto pactado añade que «constituye el primer paso para ir avanzando a una paz definitiva con el ELN que conduzca al fin del conflicto con este grupo alzado en armas y al desarrollo de la agenda que se pactó en marzo de 2016».

Suspensión de hostilidades

Con el acuerdo, «no se ha pactado solamente un silenciamiento de fusiles; se ha pactado también la suspensión de hostilidades durante la vigencia del cese al fuego», apunta al detallar que entre los compromisos del ELN está suspender cualquier secuestro y todo atentado contra las infraestructuras del país, incluidos los oleoductos, así como el reclutamiento de menores. De igual manera, contempla la abstención de instalar minas antipersona que puedan poner en peligro la integridad de la población civil.

Por su parte, el Gobierno ha adquirido compromisos como robustecer el llamado sistema de alertas tempranas, para que la protección a los líderes sociales víctimas de los paramilitares se fortalezca en todo lo que concierne «al aviso de amenazas, a su trámite, investigación y difusión pública de los resultados».

También adelantará un programa de carácter humanitario entre la población carcelaria de guerrilleros del ELN, que permita mejorar sus condiciones de salud, ubicación cerca de sus familiar y evaluación de su seguridad en prisión. «El Gobierno velará en los próximos meses para que se le dé pronta y cumplida aplicación a la ley que recientemente desjudicializó varios tipos de protesta social», agrega.

Según el acuerdo, el cese al fuego y de hostilidades será supervisado por observadores independientes y profesionales del sistema de Naciones Unidas; supervisión que contará también con el acompañamiento de la Iglesia Católica.

«¡Sí se pudo!»

«¡Sí se pudo! Agradecemos a todas y todos quienes apoyaron decididamente los esfuerzos para alcanzar este cese al fuego bilateral», indicó la delegación negociadora del ELN a través de su cuenta en Twitter.

En otra de sus cuentas en la misma red social la guerrilla dijo que el alto al fuego responde en parte a la visita del papa Francisco, que apoyó el acuerdo de paz que derivó en el desarme y transformación en partido político de las FARC.

«Hemos dicho que la visita del papa Francisco debía ser una motivación extra para acelerar la búsqueda de acuerdos, que tienen como principales destinatarios a las comunidades que padecen las consecuencias lamentables del conflicto», señaló. Y agregó que «pasados los días de celebración que acompa- ñen la presencia de Francisco en Colombia, seguiremos empeñados avanzar hacia el desescalamiento del conflicto, hasta que la Paz Completa sea una realidad».

Santos, se congratuló de que la visita del papa tenga lugar en un momento de cambio para el país suramericano y destacó que es propicia para la reconciliación en el mismo. «El Papa llega entonces en un momento único de nuestra historia, cuando volteamos la página de un conflicto absurdo y encaramos con ilusión el futuro», añadió.

«Primer gran paso»

Durante el acto para anunciar oficialmente el llamado Acuerdo de Quito, Juan Camilo Restrepo, jefe negociador de la delegación, aseguró que este pacto es «el primer gran paso hacia la paz» con el ELN.

Por su parte, Pablo Beltrán, jefe de la delegación negociadora de la guerrilla, destacó que es una «muestra» de que el cambio es posible. «El cambio es en función de que haya un alivio para la población que es la que, de manera directa», recibe los efectos del conflicto, comentó al indicar que para el ELN supone «un reto» cumplir todo lo pactado para el cese, algo que esperan también haga el Ejecutivo.

«Tenemos el firme propósito de que estos pasos de paz, así sean modestos, iniciales, ayudan a construir América Latina y El Caribe como una región de paz», añadió Beltrán al reiterar que el pueblo debe saber que están comprometidos para que avance el proceso de paz.

El cese al fuego fue acordado en el marco del tercer ciclo de negociaciones de paz que el Gobierno y el ELN sostienen en Ecuador desde febrero. La ronda debía concluir el viernes, pero fue extendida en dos ocasiones hasta ayer para intentar lograr este acuerdo antes de la llegada del jefe de la Iglesia católica.

El cuarto ciclo comenzará el 23 de octubre, en Quito.

 

El papa viaja a Colombia con un mensaje de paz y reconciliación

El papa Francisco llegará mañana, 6 de setiembre a Colombia, donde permanecerá hasta el próximo día 10, con un mensaje claro de paz y reconciliación con el que persigue dar un impulso al proceso de pacificación en el país tras más de 50 años de conflicto, si bien no está previsto que se reúna con representantes de las guerrillas ni de la oposición. Ayer, coincidiendo con el acuerdo entre el Gobierno y el ELN, llamó a los colombianos a «tratarse como hermanos, nunca como enemigos».

Colombia, mientras, ultimaba los detalles para sus visitas a Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena, donde hablará de paz, reconciliación, vocación sacerdotal, dignidad y derechos humanos.

A Angie Martínez las monjas la quieren convencer de que puede ser presidenta. Mientras llega ese día, esta adolescente negra y pobre lidia con los peligros de la periferia por la que tanto ha clamado el papa antes de su corta visita, de menos de una hora, a Cartagena.

El sol del Caribe se bate sobre San Francisco, el barrio homónimo del pontífice. Angie y una veintena de niñas negras, con impecables camisetas rosadas, entonan para cantarle al papa el domingo.

En algunos sectores no hay alumbrado público ni alcantarillado. Basura y desechos humanos pasan por el canal. San Francisco está en Cartagena, pero muy lejos del glamour que distingue a la joya turística y colonial de Colombia, el país más desigual del continente tras Honduras, según el Banco Mundial.

Hace 50 años, San Francisco comenzó siendo una invasión. El barrio de 8.000 habitantes, en su mayoría negros, lleva el nombre del santo pobre de los católicos en el que también se inspiró el argentino Jorge Mario Bergolio cuando asumió como jefe de la Iglesia de Roma.

Unos 294.000 cartageneros viven en la pobreza y más de 55.000 en la calle, casi un tercio del millón de sus habitantes. A escala nacional, la pobreza afecta al 18% de los 48 millones de colombianos.

Como otras ciudades de pasado esclavista, Cartagena «se construyó con unos altísimos niveles de exclusión» y «un desprecio infinito hacia la población pobre», explica el historiador Javier Ortiz, asesor del Ministerio de Cultura en temas étnicos.

En San Francisco, que no es el barrio más pobre, la Iglesia católica ofrece ayuda a niñas de entre 9 y 17 años, sin padre como Angie, para que regresen a la escuela.

Y el programa Talitha Qum quiere evitar que sean víctimas de la droga y la explotación sexual, convenciéndolas de soñar a lo grande. «Les insistimos mucho en que pueden llegar a ser presidentas de nuestro país, ocupar altos cargos; que las mujeres y sobre todo la mujer negra no tiene por qué seguir siendo excluida», se entusiasma la madre Blanca Nubia López, directora de Talitha Qum. En Colombia todavía ninguna mujer ha sido elegida presidenta y los negros (un 20% de la población) han sufrido con especial rigor el conflicto armado, la pobreza y la desigualdad.GARA