El acto con motivo de la Diada ha desatado el habitual baile de cifras, desde el millón según la Guardia Urbana hasta 350.000 según delegación del Gobierno español en Catalunya, lo que para el Ejecutivo de Madrid supone la asistencia menos numerosa de los últimos años. «La mayoría de los catalanes han renunciado a participar como coartada de un proceso ilegal y liderado por el sector más radical de la política».
El Gobierno ha hecho hincapié en que la sociedad catalana está representada «de verdad y legítimamente» en el Parlament «y no en la calle», y ha subrayado que en los últimos plenos «la mayoría de los independentistas ha silenciado a media Cataluña y pisoteado sus derechos de representación política».
En cualquier caso, desde el Gobierno del PP han enfatizado que aunque hubiera sido una manifestación multitudinaria «en ningún caso» ese apoyo podría servir para justificar o legitimar «la actitud antidemocrática en la que se ha instalado en el Govern».