En el Palau de la Generalitat, acompañado de los miembros del Govern, el president, Carles Puigdemont, hizo una declaración solemne a la altura de la histórica jornada vivida ayer –si se permite la licencia de un término tan utilizado en estos tiempos–. Catalunya ha conseguido celebrar el referéndum de autodeterminación por encima de los embates del Estado. Y en base a su resultado, el Govern no tiene ninguna duda: «Nos hemos ganado el derecho a tener un Estado independiente en forma de república», expresó el president.
Un mensaje de gran relevancia que vino acompañado de una llamada a la comunidad internacional, gran parte de la cual denunció la estrategia de Madrid. Por ello quiso el Govern trasladar su «agradecimiento a todos los demócratas de Europa y del mundo que han asistido a la injustificada violencia», aunque la gratitud traía consigo una demanda de implicación en la cuestión catalana ante la violación de derechos fundamentales sufrida por su pueblo. «Nos hemos ganado el derecho a ser respetados en Europa», constató. La intransigencia del Ejecutivo español, la negación de la realidad y de las demandas democráticas de la población y la represión que ayer llegó a su punto más álgido no son un asunto interno –advirtió– son un problema europeo. «Hemos ganado muchos referéndums, hemos ganado el derecho a ser escuchados y respetados. Tenemos derecho a decidir el futuro, tenemos derecho a la libertad», expresó apelando a la fidelidad que las instituciones deben a la mayoría social.
El ejercicio de autodeterminación ha dejado por el camino cientos de personas heridas y un escenario complicado para los cargos institucionales. A ellos también trasladó el president su agradecimiento recalcando que, por encima de todo, la gente llegó a votar. «Se ha escrito una página en la historia de Catalunya». Vienen días apasionantes para llegar a escribir la definitiva.