Barkos ha comparado la actución de UPN en este expediente con la que ha exisitido en la Ciudad del Transporte y ha minimizado las discrepancias existentes entre los socios del tetrapartito ante un proyecto que no compartían. Junto a ello, ha recordado que UPN ha tenido abandonada este obra más de 20 años y ha calificado de «monumental desorden» el contrato suscrito en 2015, a las puestas de las elecciones.

En este sentido, ha subrayado que las modificaciones introducidas por su Gobierno se han centrado en evitar que el Ejecutivo tuviera que asumir el riesgo económico de la operación, que las plusvalías que obtenga la congregación de Salesianos se destinen exclusivamente a la construcción de un nuevo centro de FP en Sarriguren y a evitar que se entregaran parcelas a una empresa concreta. Además, ha valorado que se garantice la existencia viviendas sociales.

«Hemos tenido muy claro desde el principio que la prioridad de nuestra gestión no era un urbanismo intensivo y desmedido», ha subrayado Barkos, que ha añadido que el Gobierno ha reducido la altura máxima de las torres de de 17 a 13 alturas tras la subasta porque en ese momento era propietario de los terrenos y podía hacerlo sin incurrir en indemnizaciones.

El portavoz de UPN, Javier Esparza, que había solicitado la comparecencia, ha acusado al Gobierno de mentir «como hizo cuando dijo que había recibido a las vicítimas del terrorismo» y de «tener como objetivo no dejar piedra sobre piedra de ningún proyecto elaborado por UPN, aunque fuera bueno para los navarros».

Koldo Martínez (Geroa Bai) ha lamentado que el PSIS de Salesianos ha sido «una herencia envenenada de UPN», calificando de «desaguisado» la altura de las torres o el aprovechamiento intensivo de las parcelas. Asimismo, ha destacado que responde al modelo de invertir dinero público para lograr beneficios privados.

Adolfo Araiz (EH Bildu) ha empleado la expresión «pelotazo urbanístico» para denunciar que la edificabilidad de la parcela pasó de 38.000 metros cuadrados a 58.000. Asimismo, ha lamentado que el Gobierno de Uxue Barkos no haya «hecho todo lo que pensábamos que podía haber hecho», aunque ha reconocido que se han dado avances. «Han sido demasiado garantistas con los derechos de Salesianos», ha añadido.

Mikel Buil (Podemos-Ahal Dugu) ha rechazado «una operación especulativa, un pelotazo urbanístico» para construir 400 viviendas de lujo en el centro de Iruñea y un colegio privado. «Este proyecto no es de desarrollo, sino el prototipo de polítivca de vivienda antisocial» y ha reclamado que se tengan en cuenta los costes sociales en este tipo de operaciones. 

María Chivite (PSN) ha acusado a Barkos de «incoherente» por rechazar este proyecto cuando estaba en la oposición y «ponerle una alfombra roja cuando está en el Gobierno porque han descubierto la gallina de los huevos de oro». La lehendakari ha respondido que «la alfombra roja» se la puso el Gobierno cuando dio vía libre al PSIS.

José Miguel Nuin (I-E) ha destacado que rechazaron el proyecto desde su inicio, en 2009, «porque se basa en un diseño de ciudad que no compartimos», ha criticado que se modificaran leyes ad hoc y ha lamentado que el Gobierno de Barkos no haya sido más firme en esta cuestión.