En la sentencia, dictada de conformidad de las partes, se considera probado que el acusado, sobre las 23:30 horas del 25 de junio de 2016, se encontraba en un bar de Burlada y, debido a que estaba causando problemas, el padre de la propietaria del establecimiento, tras llamarle la atención, lo sacó a la calle.

Una vez en el exterior, el hombre le recriminó su conducta y el acusado, enfadado, le dio un puñetazo en la cara y se inició un forcejeo entre ambos.

En el transcurso del forcejeo, el acusado le dio un fuerte mordisco al hombre en un dedo de la mano izquierda y le arrancó la falange distal.

El acusado ha consignado en el procedimiento la cantidad de 4.000 euros para el pago de las responsabilidades civiles.

El pago de esta cantidad, se indica en la sentencia, «le ha supuesto la realización de un notable esfuerzo para reparar el daño, ya que tiene unos ingresos mensuales de 1.061 euros al mes y abona al mes la cantidad de 450 euros en concepto de alquiler del domicilio en el que vive y envía dinero regularmente para el mantenimiento de sus dos hijos estudiantes» en Colombia.

En la sentencia se considera que estos hechos son constitutivos de un delito de lesiones cualificadas, con la atenuante de reparación del daño, y se condena al acusado a dos años de prisión.

Además, indemnizará a la víctima con 2.475 euros por los días que tardó en curar de sus lesiones y en 5.000 por las secuelas, cantidades de las que el acusado ya ha consignado 4.000 euros.