GARA
LOndres

May propone una relación a medida con la Unión Europea tras el Brexit

Reino Unido aspira a negociar una nueva relación económica con la UE tras el Brexit diseñada a su medida y no basada en acuerdos ya existentes con otros países, según Theresa May.

La primera ministra británica, Theresa May, defendió ayer que la relación económica de Reino Unido con la Unión Europea (UE) tras el Brexit debe ser «única y ambiciosa», y no basarse en modelos de cooperación ya existentes entre el bloque común y otros países.

En una intervención en la Cámara de los Comunes, May rechazó adherirse al Espacio Económico Europeo (EEE) porque, a su juicio, «eso significaría adoptar automáticamente y en su integridad las nuevas leyes europeas», así como un acuerdo de libre comercio con Bruselas similar al alcanzado por el bloque europeo con Canadá.

«En lugar de eso, propongo una relación única y ambiciosa», señaló la jefa de Gobierno tory, que insistió en que será necesario un periodo de transición de «unos dos años» tras el divorcio para que ese futuro acuerdo entre en vigor.

Mientras en Bruselas comenzaba la quinta ronda de negociaciones sobre las condiciones del Brexit, May insistió en que Reino Unido «cumplirá los compromisos que adquirió durante el periodo en que fue miembro» de la UE. Además de forjar una nueva relación económica, los planes de Londres pasan por mantener una cooperación cercana con los 27 miembros comunitarios restantes en defensa y seguridad, y propuso progresar hacia un acuerdo «sin precedentes» para abordar las «amenazas» comunes que afrontan.

Como ya avanzó en el discurso que ofreció en Florencia (Italia) a finales de setiembre, May considera que el pacto al que se llegue con Bruselas no estará listo para activarse en marzo de 2019, la fecha en la que previsiblemente Reino Unido quedará fuera de la UE de manera formal. «Las empresas necesitarán tiempo para hacer ajustes y los gobiernos necesitarán poner en marcha nuevos sistemas», dijo.

May quiere que Reino Unido mantenga el acceso al mercado común «en los términos actuales» y continúe «tomando parte en las medidas de seguridad existentes» durante un periodo de unos dos años tras abandonar el bloque comunitario.

«El marco de trabajo durante ese periodo, que puede ser acordado dentro del artículo 50 (del Tratado de Lisboa), serán las estructuras existentes y las leyes y regulaciones de la UE», detalló la primera ministra, que apostó por una separación «tan suave como sea posible».

La jefa de Gobierno ve progresos «reales y tangibles» sobre pensiones y sistema sanitario en las negociaciones bilaterales, aunque advierte de que Reino Unido debe estar preparado para «cualquier eventualidad».

El Ejecutivo ha publicado dos documentos en los que explora posibles escenarios en materia de comercio y relaciones aduaneras tras el Brexit, entre los que se incluye la posibilidad de abandonar la UE sin acuerdo.

Ambos «allanan el camino hacia una legislación que permita al Reino Unido operar como una nación comercial independiente y crear un sistema aduanero innovador, que nos ayude a lograr un comercio con las menores tarifas y barreras posibles al abandonar la Unión Europea», describió May.

El informe sobre comercio confirma que Londres no podrá aplicar ningún acuerdo con terceros países durante el periodo de transición de unos dos años que se prevé tras el Brexit.

Londres espera, sin embargo, poder comenzar el diálogo con otros estados a partir de marzo de 2019 a fin de tener listos acuerdos de libre comercio al finalizar el periodo de transición.

 

Nueva ronda de contactos sin atisbo de avances

La UE y Reino Unido iniciaron ayer tarde una nueva ronda negociadora sobre el Brexit sin atisbo de avances, dada las distintas prioridades y calendarios que manejan ambas partes. La quinta ronda de contactos comenzó sin la presencia del negociador jefe del lado británico, David Davies, que estaba en Londres, donde Theresa May dejó clara en el Parlamento la brecha de intereses.

Más allá de asuntos en la agenda y de tiempos para abordarlos, Londres y Bruselas también discrepan sobre a quién le toca dar el siguiente paso. Para Londres, «la pelota está ahora en el terreno de la UE», una metáfora con la que Bruselas, que reclama avances a Londres en asuntos como los derechos de los ciudadanos, no está muy de acuerdo. «No estoy convencido sobre si esto es un partido de tenis», respondió el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, que señaló que «sobre lo que la CE no tiene dudas, es sobre la secuencia de la negociación».GARA