En un comunicado, Etxerat se ha sumado a la voz de alarma que ha dado horas antes la plataforma Iparra Galdu Baik ante la situación «límite» en la que se encuentra Ibon Iparragirre.
«La última analítica de mediados de setiembre de 2017 revela que tan solo cuenta con 20 defensas, cuando una persona adulta sana cuenta con entre 723 y 1.124 defensas. Por otra parte, el informe forense del pasado mes de julio ya constataba que Ibon Iparragirre padece sida en su fase C3, la fase terminal de la infección y que se encuentra en la fase terminal de la enfermedad», destaca Etxerat.
Añade que el juez de Vigilancia Penitenciaria, en respuesta a la petición de libertad cursada por los abogados de Iparragirre, ha dictado una providencia a través de la cual deja «en manos del subdirector médico de la prisión de Alcalá-Meco la aplicación del artículo 110.4 a Ibon Iparragirre».
Subraya, además, que los reponsables médicos, Instituciones Penitenciarias y el propio juez «son conocedores, desde hace año y medio, de que la enfermedad de Ibon Iparragirre es terminal y progresiva, por lo que al dilatar en el tiempo la salida de Ibon de la cárcel para que pueda ser tratado de su enfermedad en condiciones dignas están cumpliendo el propósito de la instrucción penitenciaria de febrero de 2017 de no liberar a presos vascos con enfermedades graves hasta su fase agónica».
En ese sentido, Etxerat ha dejado claro que es «inminente y muy elevado» el riesgo de que el ondarroarra «adquiera una infección que muy probablemente en su caso sería mortal».
Por ello, además de transmitir su solidaridad a familiares y amigos, reclama una vez más la puesta en libertad del preso e interpela a instituciones y agentes para que aciven su capacidad con el fin de lograr la vuelta a casa de Ibon Iparragirre.
Por último, Etxerat se suma a las movilizaciones que ha convocado Iparra Galdu Baik y, más concretamente, la concentración y asamblea informativa que tendrá lugar el próximo domingo, 15 de octubre a las 13.00 en Ondarroa.