«Como bailar sin música». Así rezaba una pancarta colocada en el fondo norte de Mendizorrotza en defensa de las hinchadas en el mundo del fútbol. Y parecía que había marcado el guión del partido. De hecho, durante 77 minutos esa ha sido la tónica: pelea sí, pero sin grandes ocasiones.
El partido ha arrancado con el Alavés atrincherado en su campo, dejando la pelota a la Real. Los donostiarras han tocado sin descanso, pero sin ninguna profundidad. Las cifras de la posesión eran cercanas al 75% para los de Eusebio, pero, sin embargo, los locales daban más sensación de peligro cada vez que se acercaban al área de Rulli. La mejor ocasión la ha tenido Munir, a quien se le ha ido alto un disparo desde la frontal tras una buena contra. Para los visitantes, Juanmi ha mandado cerca del palo otro tiro desde la media luna. Poco más.
El partido se ha abierto algo a la vuelta de vestuarios, pero las ocasiones tampoco han sido la tónica. Algún disparo lejano donostiarra era contestado por un intento de contra de los gasteiztarras. Pero todo apuntaba a un marcador sin goles.
Sin embargo, a menos de 15 minutos del final, la defensa local ha dejado recibir a Oyarzabal dentro del área, que se ha dado la vuelta y la ha ajustado al palo para adelantar a los donostiarra. Sin grandes alardes, pero la Real estaba por delante.
El Alavés tenía tiempo para reaccionar, pero antes de permitirlo, Elustondo ha hecho el segundo a la salida de un córner y acompañado de la fortuna, tras tocar su disparo en un rival y colarse en la meta alavesa. Ahí se ha acabado el partido.
Tan importante como la victoria es para lso de Eusebio dejar la portería a cero tras los 16 goles encajados en los cinco partidos anteriores, en los que tan solo se había cosechado un punto. El Alavés, por el contrario, vuelve a la senda de la derrota y sigue con tan solo tres puntos tras ocho jornadas.