Iraia OIARZABAL
DONOSTIA

Forjar un «soberanismo social», la vía de ELA hacia un nuevo estatus

Con un ojo puesto en Catalunya y otro en la reacción que el procés ha desatado en Euskal Herria, el sindicato ELA reflexionó ayer con su Consejo Nacional sobre la situación del autogobierno. Como conclusión destacaron que, agotado el modelo autonómico, la confrontación democrática y la activación de «un soberanismo social» son su apuesta.

Hace ahora 20 años, ELA celebró un acto sindical en Gernika bajo el lema “¿Un estatuto sin competencias sociales es una estafa?” en el que el sindicato «certifica la muerte del Estatuto» que llevaba entonces 18 años en vigor. «Sin empleo, formación, seguridad social... las materias socio-laborales que más afectan a los trabajadores, el Estatuto es una estafa», relata la central en su archivo histórico. En ese contexto, manifiesta su apuesta de que la lucha por el autogobierno debe entrar en una nueva fase, que requiere reconstruir un amplio consenso social y político de las fuerzas dispuestas a luchar por un nuevo marco jurídico-político.

Partiendo del análisis hecho hace dos décadas y centrándose en la situación de Catalunya y Euskal Herria, ELA debatió ayer con su Consejo Nacional sobre el autogobierno y los retos actuales en la materia. Para ello, el abogado y profesor de la UPV Iñaki Lasagabaster hizo un somero repaso de la historia del Estatuto, destacando los ataques al autogobierno y las transferencias que todavía hoy siguen pendientes. «El Estatuto se ha agotado. El sistema de las autonomías ya no vale hoy».

Marcar el rumbo

Trasladando esta idea a la actividad política, urgió a marcar el rumbo que debe tomar la Ponencia de Autogobierno, marcada inevitablemente por el contexto catalán. «En un momento de recentralización brutal la Ponencia de Autogobierno debe preguntarse ¿a dónde vamos?», expresó Lasagabaster. Una recentralización que, advirtió, también pretende ser ideológica como demuestran, según destacó, los discursos imperantes en el Estado español.

«El Estado español necesita cambios profundos. La vía estatutaria está agotada», incidió para plantear a continuación los tres principios que deberían regir esos cambios. El primero, reconocer las naciones existentes en el Estado, en concreto Catalunya y Euskal Herria. En segundo lugar asumir que el Estado de las autonomías no puede ser la respuesta para configurar la estructura del Estado. «El café para todos fue un gran error», manifestó. Y en tercer lugar, abogó por tomar como ejemplo el modelo escocés.

El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, clausuró la jornada con una intervención que estuvo marcada por dos ideas principales: la necesidad de activar mayorías sociales y la lectura crítica de la postura adoptada por el PNV.

El posicionamiento de los jeltzales ante la situación abierta en Catalunya evidencia, según Muñoz, que el PNV tiene sus intereses puestos mirando a Madrid. Ante la apelación a la bilateralidad, habló claro: «con este Estado no hay nada que hacer. Es imposible llegar a un referéndum pactado».

Por ello, para el secretario general de ELA, la estructuración de la movilización social en Catalunya es un modelo a seguir por su capacidad de activar amplias mayorías, a la vez que ha logrado interpelar a los partidos soberanistas catalanes para unirse pese a sus diferencias.

Volviendo a Euskal Herria, Muñoz subrayó que en veinte años han ocurrido muchas cosas que deben servir para impulsar la vía soberanista. Desde el abandono de la lucha armada por parte de ETA y su desarme hasta la profunda crisis económica o la pérdida de soberanía con decenas de transferencias pendientes.

El cambio vendrá, a juicio de ELA, de la activación de un «soberanismo social». Parafraseando a Alex Salmond, Muñoz afirmó que en el camino hacia la independencia han de trabajarse diversos ámbitos. Por supuesto, el identitario, pero también el social y el político. En esa labor, destacó la necesidad de contar con el apoyo de una izquierda política fuerte dispuesta confrontar de manera democrática con el Estado.

No obvió la importancia de la implicación de un actor político clave como el PNV. «Un proceso a sí no puede desarrollarse sin el PNV. ¿Pero quieren? Es legítimo que no quiera, pero debería ser claro y decirlo», apostilló.

Documento de ELA y LAB

Desde su ámbito, el del sindicalismo, se comprometió a trabajar para sumar gente al independentismo y para ello tomó como base el documento presentado en setiembre por ELA y LAB en defensa de un proceso soberanista unilateral y social. Como punto estratégico, abogó por limar sus diferencias y que la mayoría sindical vasca se constituya como sujeto propio.