Dabid Lazkanoiturburu

MBS cierra filas y tira las llaves

Mohamed Bin Salman (MBS), hijo del octogenario y enfermo rey saudí Salman, no escatima esfuerzos para apuntalar su poder, al interior y al exterior del país.

El nuevo príncipe heredero, Mohamed bin Salman, charla en una imagen de archivo con Mohamed bin Nayef, a quien releva en el puesto. (Fayez NURELDINE/AFP)
El nuevo príncipe heredero, Mohamed bin Salman, charla en una imagen de archivo con Mohamed bin Nayef, a quien releva en el puesto. (Fayez NURELDINE/AFP)

Mohamed Bin Salman (MBS), hijo del octogenario y enfermo rey saudí Salman, no escatima esfuerzos para apuntalar su poder, al interior y al exterior del país.

No había cumplido 30 primaveras cuando fue premiado por su padre como número dos en la línea sucesoria de la satrapía gerontocrática tras la muerte del rey Abdallah. Dos años después MBS era nombrado príncipe heredero tras calzarse a su primo Mohamed Bin Nayef.

Su meteórica ascensión se vio coronada el sábado cuando el rey Salman le aupó al mando de un Comité Anticorrupción desde el que, en horas, procedía a una purga sin precedentes en el seno de la familia real, deteniendo a decenas de príncipes, ministros y empresarios y confinándolos en el hotel Ritz Carlton de Ryad.

El hombre fuerte de Arabia Saudí, que se sacude así de un plumazo a sus rivales internos, aspira a perpetuar y personificar la autocracia saudí y para ello no dudará en reformar el reino limando sus aristas más incómodas –dejad que las mujeres ricas conduzcan y que los jóvenes se diviertan– y sus cada vez más evidentes rémoras económicas –rentismo petrolero–.

Apuesta no exenta de riesgos que tiene su plasmación en la agenda internacional con la guerra por delegación pero cada vez más abierta contra Irán, su gran rival regional, y musulmán. Los tambores resuenan hace años en el Golfo Pérsico. Y caiga quien caiga, sea Qatar o el defenestrado príncipe Mitab, hijo del rey Abdallah y jefe de la Guardia Nacional.

MBS ha decidido cerrar filas –purgándolas– y echar la llave. Del Ritz y del futuro de la región.