Sare ha emitido una nota en la que considera que lo acontecido con Belén González «es un claro ejemplo de las consecuencias de una política penitenciaria basada en la venganza y el odio», ya que ha muerto «tras más de ocho años luchando contra su enfermedad y sin haber recobrado su total libertad».
«La existencia de un cada vez mayor número de presos gravemente enfermos, a los que se les niega la libertad, incluso atenuada en su domicilio, nos está acercando a que en cualquier momento el número de presos vascos muertos en prisión continúe aumentando», ha remarcado Sare.
Por su parte, Etxerat ha querido mostrar en su página web su «más sentido pésame» por este fallecimiento y ha enviado «un estrecho abrazo a sus familiares y amigos y amigas».