La Diputación de Bizkaia ha declinado pronunciarse sobre la propuesta del Gobierno de Lakua de crear plantas de acuicultura en las instalaciones de la abandonada central nuclear de Lemoiz.

En un pleno de las Juntas Generales celebrado en Gernika, el diputado de Desarrollo Económico y Territorial, Imanol Pradales, ha señalado que esa propuesta es un «proyecto de trabajo» presentado por el Gobierno de Gasteiz, que se analizará cuando proceda.

Ha asegurado que en estos momentos lo importante es conseguir la renuncia de Iberdrola «sin contraprestaciones» a la concesión que tiene en Lemoiz, que se promulgue la desafección de esos terrenos y que el Estado los transfiera «libres» a las instituciones vascas.

«No hay que poner el carro delante de los bueyes», ha dicho Pradales, quien ha recalcado que cuando se hayan conseguido los terrenos se estudiarán las posibilidades para la cala de Basordas y «afortunadamente ya hay un proyecto» propuesto.

El diputado foral ha considerado que el grupo de trabajo formado por Ayuntamiento, Diputación y Gobierno Vasco «funciona correctamente» y que es al Ejecutivo autónomo a quien corresponde negociar con el Gobierno español el traspaso de la central de Lemoiz.

Galdames

Por otro lado, la diputada de Administración Pública y Relaciones Institucionales, Ibone Bengoetxea, ha asegurado que «es mentira y es falso» que en Bizkaia los ayuntamientos paguen comidas a funcionarios y políticos forales para conseguir obras en sus municipios.

El exalcalde de Galdames Asier Larrucea (PNV), que dimitió el pasado octubre tras no justificar el gasto de 5.000 euros con una tarjeta municipal, aseguró en un pleno que consiguió inversiones en carreteras y obras del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia tras pagar comidas y comentó que «esto funciona así y toda la vida ha sido así».

En un pleno de control celebrado hoy en la Casa de Juntas de Gernika, Bengoetxea ha reprochado a la juntera de EH Bildu Txusa Padrones que «crea que los alcaldes con una comida consiguen obras» y ha lamentado «aún más que crea que los funcionarios de Bizkaia tienen el estómago tan agradecido que por una comida ejecutan una obra».

Por su parte, Padrones ha criticado que la Diputación no haya hecho nada ante una acusación «tan grave», ya que se trata de la «compra de voluntades con dinero público», aunque por las pequeñas cantidades parezcan «corruptelas menores de municipios pequeños».