Ni en Liga, ni en Copa, ni esta vez en la Europa League. Anoeta, sobre todo, se está convirtiendo en un calvario para la Real, donde su afición ve una y otra vez el mismo partido y con el mismo resultado.
Los donostiarras han acaparado el balón, llegando con facilidad sobre todo por banda derecha, pero los centros, sobre todo de Odriozola y Januzaj, no encontraban casi nunca rematador. Y si lo hacían los remates no cogían puerta, o eran detenidos por el meta de los rusos. Tampoco han faltado los intentos desde la frontal. Pero nada. Y casi en la primera llegada del Zenit, en el minuto 35, gol.
La Real se ha repuesto bastante bien de ese primer mazazo. Ha seguido a lo suyo, y antes del cuarto de hora de la segunda parte Januzaj ha firmado una gran jugada para servir en bandeja el empate a Willian José. Vuelta al kilómetro cero.
Hasta que solo seis minutos después ha llegado el segundo golpe con una chilena de Ivanovic a la salida de un corner. Demasiado para un equipo con la moral por el suelo. A partir de ahí, más impotencia que otra cosa y un jugadón de Paredes para sentenciar el 1-3.
A efectos clasificatorios el choque es intrascendente. La Real estará el lunes en el bombo 2, pero en ambos grupos hay posibles rivales de renombre y otros en teoría más asequibles. Eso llegará en febrero.
Para los de Eusebio es primordial ahora ganar el domingo al Málaga en Anoeta. No solo por los tres puntos, que también, sino por tratar de descarrilar esta noria infernal en la que están montados.
Capítulo aparte merece el tema de la seguridad. Pese a los altercados previos en los exteriores de Anoeta, los ultras del Zenit han conseguido introducir bengalas y lanzarlas desde la grada hacia el cielo, con evidente riesgo para el todos los presentes. Ficha técnica / Resultados y clasificaciones