Para ello, Urkullu considera preciso «habilitar un procedimiento comunitario ad-hoc, que posibilite la permanencia en la Unión Europea de los Estados que surjan como consecuencia de un proceso capaz de combinar el principio democrático y el principio de legalidad».
Según ha informado el PNV en un comunicado, el lehendakari ha participado esta mañana en el Consejo que el Partido Demócrata Europeo (PDE) celebra desde este jueves y hasta el sábado en Roma.
Urkullu integra una delegación deL PNV conformada, además, por el presidente del Euzkadi Buru Batzar, Andoni Ortuzar, que también ha hecho uso de la palabra en su condición de vicepresidente del PDE; el responsable del Area de Organización, Joseba Aurrekoetxea; el responsable del Area de Relaciones Internacionales, Mikel Burzako; y el responsable de la Comisión de Exteriores de la formación jeltzale, José Mari Etxebarria.
Urkullu ha intervenido ante numerosas autoridades de quince Estados europeos, incluido el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni.
Urkullu ha aprovechado la segunda de las tres cuestiones que el Consejo proponía a las autoridades presentes, «Procesos de separación de la UE y tentativas de secesión: ¿van a aumentar o disminuir?», para lanzar su propuesta de «directiva de claridad» y para reivindicar «más protagonismo político y decisorio» para las Naciones sin Estado de la UE.
En este sentido, ha manifestado que, frente a situaciones como el Brexit, que lleva a un Estado miembro a «abandonar el proyecto de la Unión Europea», resulta «paradójica» la actitud de las más altas autoridades comunitarias ante las reivindicaciones de naciones sin Estado que, «como Euskadi, forman parte del proyecto europeo y han expresado, con absoluta nitidez, su vocación europeísta, una vocación orientada a participar en un proyecto de Unión Europea, no de Unidad de Estados Europeos».
«La actitud de la Unión Europea debe ser propositiva, no reactiva. Ante las propuestas democráticas que en el seno de los Estados puedan plantear las diferentes realidades nacionales encaminadas a decidir su propio futuro, se pueden plantear dos alternativas: la vía del diálogo, la negociación y el acuerdo; o bien la vía de la prohibición, la amenaza y la deslegitimación», ha indicado.
«Una realidad innegable»
Iñigo Urkullu ha abogado por que la actitud de las instituciones europeas ante estas situaciones sea la de «aceptar una realidad innegable, anticipar soluciones políticas y ofrecer un cauce de expresión a estas demandas legítimas. La clave de la construcción de un proyecto común es que el protagonismo político y decisorio se comparta con las naciones sin Estado que formamos parte, conformamos y somos Europa».
En el apartado que abordaba la desafección de la ciudadanía hacia las instituciones europeas, el lehendakari ha lamentado que la Unión Europea haya «convertido la ortodoxia presupuestaria y los equilibrios macroeconómicos en su prioridad, alejándose del ideal de un proyecto orientado a mejorar el bienestar y la calidad de vida de la ciudadanía».
Por ello, ha abogado por «volver a colocar a las personas en el centro del proyecto europeo. Este cambio de orientación necesita un punto de inflexión y éste puede venir dado por el despliegue del pilar de los derechos sociales y la atención a las necesidades de la juventud, más en concreto el proyecto de garantía juvenil».
Pese a que Juncker ha declarado que no quiere una Europa con 90 Estados, el lehendakari ha afirmado que «debe asumir la existencia de 90 realidades nacionales sin estructura de Estado y anticipar cauces de expresión respetuosos con el principio democrático y el principio de legalidad. Subsidiaridad, gobernanza multinivel, corresponsabilidad y soberanía compartida son conceptos que demandan propuestas acordadas y orientadas a favorecer la integración europea».
«Las Naciones sin Estado no somos un problema que Europa tiene que ignorar. Somos una realidad que es preciso asumir. Tenemos derecho a tener un cauce de representación real y diferenciada en el proyecto de construcción europeo. No somos un problema, somos parte de la solución», ha afirmado el lehendakari.