Iñaki IRIGOIEN

Un calendario para rememorar la Protesta de las Mantas

“We wore the Blanket” (Usamos la manta) es un proyecto del escritor Laurence McKeown. Expreso republicano irlandés que pasó 26 años en los Bloques H de la prisión de Long Kesh, participó en lo que se denominó la Protesta de la Mantas durante cuatro años y medio y en la huelga de hambre de 1981 durante 70 días. Ahora lo rememora con una particular iniciativa.

El 14 de setiembre de 1976 Kieran Nugent, que en ese momento tenía 18 años, se convirtió en el primer prisionero al que se aplicaba la política de criminalización de presos políticos recientemente aprobada por el Gobierno laborista británico. Nugent, pese a su juventud, ya era un veterano de las cárceles británicas: con 16 años había pasado cinco meses en la prisión de Crumlin Road, y a los 17 fue víctima de la política de internamiento sin juicio y pasó nueve meses en Long Kesh. Así pues, cuando a su entrada en prisión en setiembre del 76 le ordenaron, tras despojarle de toda su ropa, que se pusiera el uniforme de recluso, su respuesta fue clara: «Me lo tendréis que clavar a la espalda si queréis que me lo ponga». Su actitud tuvo consecuencias inmediatas: le dieron una paliza y fue arrojado desnudo a la celda, donde cogió una manta para cubrirse. Ese fue el inicio de lo que se conoce como “Blanket Protest” (Protesta de las Mantas).

Cientos de presos republicanos siguieron el camino iniciado por Nugent. En la cárcel de Armagh, las prisioneras del movimiento –aún podían vestir su ropa pero eso no les libraba de sufrir el resto de consecuencias de la política de criminalización– se unieron a la protesta que unos meses más tarde derivaría en lo que se conoció como “Dirty Protest” (Protesta Sucia). Al mismo tiempo, en el exterior las familias, mayormente madres, esposas, parejas y hermanas, desarrollaban sus propias movilizaciones. Todo ese movimiento de protesta a ambos lados de los muros fue “Blanket Protest”.

La de los presos se dio por finalizada cinco años más tarde, el 3 de enero de 1981, tras la muerte en huelga de hambre de 10 prisioneros. A partir de ese momento pudieron vestir su propia ropa y en los años venideros lograron también ver cumplidas el resto de sus demandas: derecho a organizarse, a recibir una visita, un paquete y una carta por semana y a no trabajar en la prisión, así como la eliminación de los castigos por haber tomado parte en las protestas.

Tal como Laurence McKeown recuerda a GARA, «los H-Blocks se habían creado para doblegar a los presos republicanos y no solo no lo lograron, sino que se convirtieron en un campamento de entrenamiento y educación de guerrilleros altamente politizados».

Pajarita, chaleco, gabán, bufandas...

Con motivo del 40º aniversario del comienzo de la Protesta de la Mantas, en 2016 McKeown emprendió un proyecto que por ahora ha culminado en un calendario que va más allá de los doce meses, literalmente.

En julio del año 2000, cuando se cerraron oficialmente los H-Blocks, se hizo con una de las mantas originales de la prisión y se la entregó a una modista con el encargo de que elaborara varias prendas con ella. Y surgieron de sus manos una pajarita, un chaleco, un gabán y varias bufandas; además, realizó unas alteraciones a una chaqueta incluyendo partes de la manta en su diseño.

McKeown es consciente de que «habrá gente que mire el proyecto y lo vea como algo negativo. Es una pena, pero es su decisión». Apunta que «la idea era subvertir la imagen que tenemos de ‘Blanket Protest’, de barbudos con pelo largo, cárceles, celdas y protestas en las calles. Al fotografiar ahora a aquellos que tomaron parte en la protesta entre el 76 y el 81 vestidos con las prendas elaboradas a partir de la manta se buscaba el contraste de aquellas fotos originales; fotografías en las que los mismos protagonistas, partiendo de la misma prenda, aparecieran elegantes y que además a día de hoy vistieran las mantas con orgullo». El hecho de que las imágenes se hayan tomado en medio de la naturaleza, entre árboles y plantas, tampoco es una casualidad: «Se buscaba el contraste con el cemento gris y las puertas metálicas de las celdas».

Aquella manta era un objeto de gran valor sentimental y no fue una decisión fácil cortarla, pero al mismo tiempo McKeown deseaba reflejar con su manipulación y nuevo uso «la transformación misma que para muchos representó ‘Blanket Protest’ y el efecto transformador que tuvo en la política y la guerra en Irlanda». De hecho, resalta el expreso, «solo continuaba» con la tradición iniciada en prisión de dar otros usos a las mantas. Por ejemplo, explica que las deshilaban y utilizaban los hilos para pasar mensajes y otros objetos de celda a celda.

Desde un principio tenía claro que para un proyecto de estas características las fuentes de financiación que habitualmente cubren este tipo de iniciativas no iban a estar disponibles y de ahí surgió la idea de producir un calendario para cubrir algunos de los gastos iniciales.

Calendario de 19 meses

Y en su afán de subvertir el orden normal de las cosas, «como buen republicano irlandés», McKeown no podía limitarse a un calendario de doce meses; ni tan siquiera a uno que comenzara el 1 de enero y acabara el 31 de diciembre. Las fechas de inicio y final de este calendario han sido elegidas por su significado en la Protesta de las Mantas. Por eso empieza en marzo de 2018, «para marcar la fecha de establecimiento de la política de criminalización de los presos políticos, 1 de marzo de 1976, y también porque fue ese mismo día, pero de 1981, cuando Bobby Sands dio inicio a su huelga de hambre». Y por la misma razón el calendario cuenta con 19 meses y finaliza en setiembre de 2019, porque con esos 19 meses se pretende marcar el tiempo transcurrido entre el momento en el que los presos del IRA cambian su estrategia en las prisiones y «la gran fuga de setiembre de 1983, ya que fueron muchos los que, después de haber estado en ‘Blanket Protest’, participaron en la fuga de una forma u otra. Y mientras la huelga de hambre rompió la política de criminalización, la fuga la enterró».

En el calendario solo se incluyen las fotografías de algunas de las personas que respondieron afirmativamente a su petición de colaboración de entre los protagonistas de aquellos hechos, ya que, tras llevar a cabo sesiones de holografía en Belfast, Derry y Armagh, por limitaciones de tiempo y espacio «no todas aparecen en el calendario a pesar de sus 19 meses. Pero sus retratos sí formarán parte de futuras exposiciones».

La lista de participantes en “We wore the Blanket” no solo incluye a aquellos que protagonizaron la protesta en los H-Blocks, también a mujeres que en aquellos momentos estaban encarceladas en Armagh e, incluso, a familiares de los prisioneros que en sus protestas particulares en apoyo a sus allegados adoptaron las mantas como símbolo de lucha y resistencia.

McKeown subraya que el objetivo de estas imágenes es «mostrar a sus protagonistas con la cabeza alta y orgullosos del papel que jugaron en la lucha por la liberación de nuestro pueblo». Y no olvida que, a lo largo de sus años de militancia, él mismo ha llevado sobre su piel muy distintos ropajes: «Me he vestido con ropa de combate, con una manta, he ido de traje y corbata, también desnudo... lo que fuera necesario en cada momento. Pero lo importante no son las ropas, sino la política y las voluntades».

 

Laurence Mckeown: exprisionero, escritor, guionista...

Expreso republicano irlandés y protagonista en primera persona de las protestas de los Bloques H de la cárcel de Long Kesh, Laurence McKeown cuenta en la actualidad con 61 años. Con dos libros (“Nor Meekly Serve My Time: The H-Block Struggle 1976-1981” y “Out Of Time: Irish Republican Prisoners, Long Kesh, 1972-2000”), otras tantas películas (“H3” y “The Hunger Strike”) y varias obras de teatro en su haber, McKeown lleva años explorando el conflicto en el norte de Irlanda. Si bien la mayoría de su obra está basada en la experiencia del movimiento republicano, parte de su trabajo pasa por acercarse y entender a aquellas personas con perspectivas del conflicto distintas a la suya. De ahí que su última obra de teatro, titulada “Green and Blue”, trate de las experiencias de los policías del norte de Irlanda y la República irlandesa que patrullaron la frontera entre el norte y el sur del país durante los años de conflicto. Está basada en testimonios de los propios agentes.I. I.