La iniciativa, que partió de la asociación de Jueces por la Democracia, congregó a un centenar de personas entre las que destacaba el magistrado emérito del Supremo, José Antonio Martín Pallín y el portavoz de dicha asociación judicial. El acto conmemoraba, además, el 50 aniversario del fallecimiento de Elío.
Según narró el alcalde iruindarra, Joseba Asiron, Elío fue una de las primeras personas a las que fueron a buscar falangistas y requetés el día del alzamiento. El juez, sin embargo, logró escapar de los tribunales de exterminio y, tras pasar por el campo de refugiados de Gurs, en suelo francés, escapó al exilio en México. Allí es donde hoy día residen sus descendientes, a quienes se hará entrega de una réplica de la placa con su nombre.
Asiron extendió el homenaje a todas las víctimas de la barbarie desatada por los alzados. «Es hora de que Iruñea, su ciudad, rinda homenaje y tributo a todas ellas, aunque este homenaje llegue demasiado tarde», señaló. El alcalde añadió que la persecución de este magistrado se debió a que «sirvió de manera recta y honesta al servicio de la Justicia».
La ceremonia tuvo como contrapunto negativo la ausencia de representantes de UPN y, también, de la propia Audiencia Provincial.