Iñaki IRIONDO

Cambio de paradigma, hacia fuera y hacia adentro

EH Bildu llevará a la Ponencia de Autogobierno unas bases para la redacción del nuevo estatus que rompen con los clichés instalados, y que suponen un cambio de perspectiva y una entrada en detalles que a buen seguro enriquecen el debate que los partidos deben afrontar a partir del próximo miércoles.

En la primera línea del primer párrafo de las «notas introductorias» del documento «De la autonomía a la soberanía, bases para un nuevo estatus político», el primer concepto que se encuentra resaltado en negrita es «cambio de paradigma». Y realmente la propuesta presentada ayer por EH Bildu es un cambio de la concepción política (y mental) con la que habitualmente el independentismo vasco ha afrontado la redacción de propuestas de este tipo. Rompe con inercias tradicionales propias, afronta con una concepción más compleja el derecho a decidir y las relaciones con el Estado español y Europa, y revoluciona la arquitectura institucional de la «Comunidad Estatal Vasca», añadiendo al esquema clásico de Legislativo, Ejecutivo y Judicial, la institucionalización de un «cuarto poder» Social-Ciudadano «que permita vehiculizar propuestas de la ciudadanía, monitorizar el desempeño institucional y evaluar las políticas públicas».

Analizar en profundidad el contenido de todo el documento escapa a los límites de este comentario, por lo que habrá de fijarse en los detalles más innovadores sobre el discurso conocido hasta la fecha. Esto significa que no porque aquí no se destaquen, EH Bildu ha dejado de lado conceptos fundamentales de su ideario, como que el principio de legalidad no es límite para la voluntad mayoritaria democráticamente expresada, que la minoría no tiene derecho a veto o que el objetivo final de la formación es la independencia de toda Euskal Herria.

Sujeto político: Sin olvidar la historia o la existencia de una nación en términos clásicos, EH Bildu establece que el título legitimador principal del autogobierno es «la voluntad de la comunidad política institucionalizada» y, por tanto, «el sujeto de la soberanía es el Pueblo Vasco o Euskal Herria identificado con su ciudadanía». Como parte de Euskal Herria, la ciudadanía de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa puede decidir constituirse en «Comunidad Estatal Vasca».

Interpretación abierta de la Constitución: EH Bildu entiende que para que esa Comunidad pudiera convivir en el Estado, lo conveniente sería que éste adoptara una estructura confederal. Pero como en la actualidad eso se ve imposible, afirma que es «más viable una interpretación abierta e integral del principio democrático contenido en el título preliminar de la Constitución española», junto al reconocimiento de los derechos históricos recogido en las disposiciones adicionales de la propia Constitución y el Estatuto de autonomía de 1979.

Derecho a decidir en tres fases consecutivas: El derecho a decidir es el eje transversal de la propuesta de EH Bildu, puesto que se aplica tanto a las decisiones territoriales de estatus y relación con el Estado, como a la elaboración participativa de las políticas públicas.

En relación a decidir sobre el estatus jurídico-político territorial de la Comunidad Estatal Vasca, el documento propone tres fases consecutivas. La primera, una consulta no vinculante jurídicamente sobre el texto articulado del nuevo estatus. Es decir, una consulta habilitante que el PNV también recoge en su propuesta y que sirve para ir a negociar con el Estado con el respaldo de una mayoría de la ciudadanía de la CAV. La segunda fase es tener garantizado el derecho a negociar en pie de igualdad con el Estado para lograr un acuerdo sobre la propuesta que se lleve refrendada por la ciudadanía. Y, por último, el derecho a que el nuevo modelo de relación acordado con el Estado «pueda ser materializado por medio de un referéndum de ratificación jurídicamente vinculante».

Bilateralidad de tipo confederal y fondo de poder: La propuesta de EH Bildu recoge que «las relaciones de la Comunidad Estatal Vasca con el Estado español se articularán sobre el principio de igualdad política», a lo que se añade que «corresponde a la Comunidad Estatal Vasca el fondo de poder, es decir, todas aquellas competencias no reservadas exclusivamente al Estado».

En este sentido, el nuevo estatus «arbitrará un sistema de garantías que asegure una bilateralidad de tipo confederal en las relaciones entre el Estado español y la Comunidad Estatal Vasca. El régimen de relaciones se basará en la cooperación y no será admisible imposición o coerción unilateral de ninguna clase». Se plantea una Comisión Bilateral Paritaria para la resolución de los conflictos.

En todo caso, dentro de sus bases, el texto recoge que en todo el proceso «la oferta de bilateralidad real es continua, pero no paraliza un proceso centrado en las mayorías existentes en ámbito vasco: ‘diálogo no paralizante’».

Competencias y derechos: El documento de EH Bildu prevé que el nuevo estatus reconozca un extenso capítulo de derechos y libertades fundamentales, al tiempo que especifica la «responsabilidad exclusiva» en dieciséis materias, lo que ofrece a la Comunidad Estatal Vasca «la capacidad de decidir sobre todas aquellas cuestiones que afecten directamente a la sociedad vasca, de acuerdo al principio de proximidad».

Y el documento recuerda que para la soberanía plena y la democracia real es imprescindible la despatriarcalización y la garantía de igualdad.