Maitane ALDANONDO

Trabajar y convivir en un innovador espacio colaborativo

Stay and Job es un coworking residencial situado en Berango dirigido a los jóvenes de Uribe Kosta. Este proyecto de innovación social busca facilitar un espacio de emancipación y creación, así como promover sinergias entre los participantes y con el entorno.

Un estudio de música, un taller de instrumentos de madera reciclado, un estudio de pintura, un programa para presentarse a oposiciones de manera óptima... Todos esos proyectos y otros más habitan la vivienda de la iniciativa Stay and Job, un novedoso coworking residencial en Berango. Este espacio mixto es, además de residencia, un lugar de creación de actividades conjuntas. La asociación Gizarteka –entidad privada sin ánimo de lucro– es su promotora y empezó a organizarla en 2013 para dar respuesta a una doble necesidad de los jóvenes: el acceso a la vivienda y el emprendizaje.

La iniciativa está dirigida a jóvenes entre 18 y 35 años, principalmente de Uribe Kosta, que tengan la necesidad de emanciparse y un proyecto que desarrollar. No son una incubadora de empresas, ni un centro de negocio. Y el objetivo del emprendizaje que fomentan es diferente: «No tiene únicamente intención económica. No buscamos que hagan empresas, para eso ya hay otros programas. Lo que buscamos es que los jóvenes tengan un espacio para crear y desarrollar proyectos que pueden ser, en algunos casos, económicos y, en otros, puramente de creación y conexión, sin buscar una monetización», aclara Sergio Barcenilla, miembro del equipo impulsor y uno de los responsables de la entidad en el centro.

Son la única iniciativa de este tipo en Hego Euskal Herria –«creemos que en todo el Estado»– y sus promotores quieren que sea una alternativa a las que las entidades públicas están haciendo, sobre todo, a nivel de emancipación o de proyectos activos. Gizarteka ha optado por una vía diferente, configurando «un espacio muy alternativo desde lo positivo, donde generar opciones y herramientas para que puedan seguir desarrollándose en sus procesos de maduración y crecimiento». Si bien el modelo no es idéntico, guarda ciertas similitudes con otros proyectos del norte de Europa, generalmente vinculados a disciplinas artísticas.

Encontraron el lugar ideal para llevar a cabo este programa en una antigua residencia de ancianos que estaba cerrada. Rehabilitaron los 700 metros cuadrados de los que dispone para acondicionarla a su nuevo uso. En ese espacio, los jóvenes conviven, desarrollan proyectos e intercambian conocimientos. Barcenilla subraya que «lo más potente de Stay and Job son las sinergias y las acciones compartidas. Lo que un proyecto parece que es en un principio, cambia completamente en cuanto se conecta con otros. Cuando juntas gente interesante y maravillosa, salen cosas maravillosas».

Mucho más que un espacio

Los interesados presentan su idea y los responsables valoran su encaje, prestando también atención a la igualdad de género. Junto con un lugar, les ofrecen seguimiento, acompañamiento, conexión con entidades públicas o empresas, así como formación. «Observamos las necesidades e intentamos mejorar las competencias de los participantes para que sus proyectos tengan un mejor desarrollo», explica el orientador. Asimismo, facilitan colaboración con proyectos europeos a través de encuentros o intercambios con jóvenes de otro países, siempre sobre temáticas relativas al emprendizaje, la cultura o la juventud.

Todos esos servicios los perciben a cambio de una cuota inferior a 200 euros, ya que el alquiler es de 145 y los gastos fijos comunes se sitúan en torno a los 40. No hay un límite temporal, la duración de la estancia la marca el perfil del proyecto y su impacto tanto en el entorno como en la casa. «Si tiene recorrido y sigue generando sinergias, tiene cabida». No obstante, trimestralmente realizan un breve análisis de la situación de cada uno y valoran su continuidad. Actualmente hay 15 participantes, «el máximo», y en estos años han pasado unas 60 personas.

Otra de las características de Stay and Job es la orientación a la comunidad. Además de que los proyectos tengan que estar abiertos a ella, organizan una agenda cultural interna en la que vecinas y vecinos pueden participar. Los responsables están contentos con la acogida que han tenido en el entorno y la asistencia a las actividades es «alta».

Gizarteka se encargada de la gestión y desde el inicio ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Berango. También la Diputación Foral de Bizkaia les otorgó el año pasado una subvención de la línea de innovación social en materia de juventud. «Creemos que las personas jóvenes pueden aportar mucho valor. Es un colectivo activo, dinámico, líquido, y que está encantado en participar y en colaborar. Estamos contentos de haber promovido una iniciativa de este perfil», comenta Barcenilla.