GARA
GINEBRA-PEKÍN

China demanda a EEUU ante la OMC y anuncia una «nueva fase de apertura»

Al mismo tiempo que reclama a EEUU que cumpla las normas de la Organización Mundial del Comercio y desista de aplicar medidas proteccionistas, el Gobierno chino se compromete a profundizar en la apertura de su espacio económico y a rebajar algunos aranceles.

Xi Jinping, presidente de China. (Denis BALIBOUSE/AFP)
Xi Jinping, presidente de China. (Denis BALIBOUSE/AFP)

China presentó ayer formalmente ante la Organización Mundial del Comercio una denuncia contra Estados Unidos por los aranceles del 25% y del 10% que ha impuesto, respectivamente, a determinados productos de acero y de aluminio procedentes del gigante asiático.

Se trata de la segunda denuncia de Pekín ante la OMC después de la que presentó el pasado día 5 por los aranceles por valor de 50.000 millones de dólares que Washington ha anunciado que impondrá a una lista de 1.300 productos chinos. En ese listado se incluye tecnología punta de las industrias aeroespacial y robótica.

En la denuncia distribuida a los estados miembros de la OMC, de la que se hizo eco la agencia Efe, China pide consultas con Estados Unidos para resolver la disputa sobre los aranceles a las importaciones de acero y aluminio, pues entiende que estas violan provisiones del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) de 1994 y del Acuerdo sobre Salvaguardias.

La solicitud para la celebración de consultas inicia formalmente una disputa en la OMC, proporcionando a ambas partes la oportunidad de litigar durante 60 días y de hallar una solución mutuamente satisfactoria sin tener que dar otro paso en el conflicto ante la organización multilateral. Si las consultas no prosperan en ese plazo, China puede pedir a la OMC que se establezca un panel de resolución de disputas, algo que EEUU puede bloquear una sola vez.

Generalmente, las consultas se llevan a cabo en Ginebra y son confidenciales.

Aplicación discriminatoria

China alega que las citadas medidas violan el GATT y el Acuerdo de Salvaguardias porque Estados Unidos «no ha formulado una determinación adecuada ni ha dado una explicación razonada y adecuada» sobre los motivos que le han llevado a imponer los derechos de importación adicionales a productos de acero y aluminio chinos. De acuerdo con el documento redactado por el Gobierno de Pekín, Estados Unidos «tampoco ha cumplido los requisitos de procedimiento apropiados», como, por ejemplo, los de notificación y consultas, ni ha aplicado las medidas correctamente en cuanto al requisito de que se impongan «únicamente durante el período que sea necesario».

Sostiene que los aranceles decretados por Donald Trump «exceden de los derechos fijados en la lista de concesiones y compromisos de EEUU» con la OMC y «no han eximido los productos de China» que se ven afectados por ese «exceso» en los aranceles. También alude a la presunta discriminación o «aplicación selectiva» de la medida, pues Washington ha eximido, aunque sea de forma temporal, a otros miembros de la OMC, como Canadá, México, Australia, Argentina, Corea del Sur, Brasil y la Unión Europea.

Discurso solemne de Xi

El otro movimiento que realizó ayer el Gobierno de Pekín para anular la estrategia de la Casa Blanca tuvo lugar en el Foro de Boao, el “Davos asiático”. En esa ciudad costera del sudeste chino, el presidente Xi Jinping, que utilizó un tono conciliador ante las amenazas de su «amigo» Donald Trump, anunció una «nueva fase de apertura» de la economía de su país.

«¡China no busca el excedente comercial! Sinceramente, esperamos fortalecer nuestras importaciones», aseguró Xi, según recogió France-Press, que recordó que Trump no cesa de enarbolar el abismal déficit de su país frente al gigante asiático (375.000 millones de dólares en 2017 según Washington).

Así, mientras Trump amenaza con imponer nuevos aranceles sobre las importaciones chinas, Xi se compromete a reducir «considerablemente» este mismo año las tarifas aduaneras sobre las importaciones de automóviles y «otros productos» que no precisó.

El presidente chino también entró en otra de las cuestiones espinosas en las que más insiste su homólogo estadounidense: la propiedad intelectual: «Una protección más fuerte de los derechos de propiedad intelectual es un requisito necesario de las empresas extranjeras, y más aún de las empresas chinas».

En cuanto al sector financiero, Xi adelantó medidas para avanzar en su liberalización, algo que considera «estratégico» para fomentar el desarrollo, y aseguró que se creará un ambiente más atractivo para captar inversiones procedentes del exterior.