Por primera vez en su carrera, hoy no estoy agradecido a Xabi Prieto ni le voy a elogiar, que eso ya lo harán todos los demás y ya lo he hecho siempre. Con la confirmación ayer de su retirada uno solo puede trasmitir la misma sensación de decepción que cuando Mikel Aranburu decidió retirarse en 2012 con 32 partidos oficiales jugados ese año, 27 como titular.
En el caso de Xabi Prieto es todavía más dolorosa su retirada. No solo porque ha jugado esta temporada como titular 32 partidos oficiales, los 24 de Liga para los que ha estado disponible. Hasta su lesión solo ha dejado de jugar cuando Eusebio decidió darle descanso. Además Mikel Aranburu no quería escuchar pitos en Anoeta, porque ya le había tocado por parte de algunos, y sí había bajado algo su nivel como es lógico con la edad. Pero Xabi Prieto superó esa fase en la que algunos le daban por acabado hace años y desde que pasó a jugar al centro ha mejorado su nivel hasta el punto de que ahora nadie le discute, rinde mejor que nunca y será imposible para la Real encontrar un jugador de su calidad, de sus características y que pueda acercarse al altísimo rendimiento que ha dado en las últimas temporadas.
Uno entiende que los grandes jugadores quieran irse cuando tienen un gran nivel, pero no lo comparte. Y para la Real esto es muy negativo si quiere seguir con la filosofía que le ha dado los mayores éxitos. Cada vez es más difícil competir en Primera para los jóvenes de la cantera y es necesario que desarrollen su carrera hasta que no puedan aportar más. No podemos aplaudir que se vayan cuando son necesarios para sus entrenadores y, sobre todo, cuando son referentes para sus compañeros. Porque tanto Aranburu como Xabi Prieto, salvo en su adiós, son los ejemplos que deben seguir todos los jóvenes y cuanto más tiempo tengan esos espejos dentro del vestuario mejor. Y nada peor que los canteranos quieran irse como ellos. Porque estos jugadores, hasta cuando jueguen poco, son muy importantes en el día a día. Xabi Prieto y Aranburu debían retirarse como Valerón en el Las Palmas, lo dejó con 40 años, cuando llega un día en el que ya no pueden aportar más.