Ane URKIRI ANSOLA

El soberanismo necesita un movimiento rompedor

Independentismo y feminismo, ¿cuál es su relación o cómo debe ser? En 1982 varios autores indicaban que era tierra de nadie, «terreno abogado a fantasmas y prejuicios, por tanto el feminismo debe ser una herramienta de liberación global que rompa la cadena de opesión». Esta fue la frase que rompió el hielo de la mesa redonda.

«Muchos de los cambios de la sociedad van a llegar desde el feminismo, porque es un movimiento rompedor», dijo Ainhoa Etxaide, ex secretaria general de LAB. Fue la última frase de la mesa redonda, que llevó el lema de “Inoren lurraldean bagara nor”, un coloquio que se alargó durante dos horas en el Centro Cívico Iparralde de Gasteiz. Otra forma de decir que «la revolución será feminista o no será».

Organizada por Euskal Herriko Bilgune Feminista, los cerca de medio centenar de oyentes pudieron escuchar las experiencias y los conocimientos de Maria Rovira (CUP), Marta Jorba (Gatamaula) y Meral Çiçek (miembro de Kurdish Women´s Relation Office, Kurdistan del sur), además de la ya mencionada ex secretaria general de LAB, quien fue más allá recalcando que el soberanismo necesita el movimiento feminista y que incluso puede llegar a ser un «aliciente» del proceso.

Catalunya, Kurdistan y Euskal Herria trazaron puentes para tratar de unir dos movimientos que hasta ahora –según la impresión de Marta Jorba– no tenían nada que ver: «Era un terreno desierto, estaba en tierra de nadie». Acercar esos dos mundos, por tanto, era la principal finalidad del libro “Terra de ningú”, que estaba en proceso de impresión para el día del referéndum del 1-O, «por ello no se enfatiza tanto en la represión», se excusó Jorba.

El libro, que recoge las ideas de más de 50 mujeres, quiere demostrar –sin dar una solución, porque trata de exponer diferentes propuestas para que se forme un debate– que «podemos hablar de todos estos temas, como el concepto de la nación, de estado, economía, las fobias por la nación de origen o la islamofobia». Temas que generalmente han sido tratados por hombres. «Si nosotras no debatimos, nada va a hacer que el proceso sea transformador y tenemos que evitar que se reproduzcan discursos vacíos respecto a lo que nos interesa a las mujeres», incidió.

Liberación de las mujeres

Asentir a las afirmaciones fue una forma de sustituir los aplausos, porque no había tiempo y había que atender detalladamente el proceso de liberación de Kurdistan. Si no fuese por la falta de tiempo –la seguridad del Centro Cívico tuvo que alertar que el espacio estaba a punto de echar el cierre– pudo haber sido un buen diálogo, porque Meral Çiçek, en inglés, quiso hacer una pausa para explicar algunos términos que ella prefería sustituir.

Independencia y feminismo, aunque tampoco los rechaza, los matiza con el movimiento de liberación kurdo y la liberación de mujeres. «Porque durante años ha habido diferentes formas de feminismo, y dicha palabra no abraza el conjunto de la lucha», opina, y añade que el hecho de crear un estado de la nación no soluciona el problema, «porque sería volver a reproducir el poder». Un poder que ahora mismo es alimentado por el colonialismo que trazó lineas después de la primera Guerra Mundial «en base a sus intereses que no responden las necesidades culturales y a partir de esto reproducen el caos y los conflictos».

«A día de hoy la mujer puede influenciar todas las decisiones en todas las estructuras, y ahí reside la fuerza del movimiento de la liberación de las mujeres», recalca Çiçek que recuerda que ha sido un proceso duro que empezó hace 30 años, lleno de sacrificios y que todavía no ha terminado. Presume, a su vez, que ahora mismo en las organizaciones mixtas es imposible que los hombres opriman las decisiones de las mujeres.

Espacios de sororidad

La gestión sobre la opresión del Estado español fue otro de los temas candentes de la mesa redonda, en la que la militante de la CUP, Maria Rovira, fue la encargada de relatar cómo nació esa respuesta pacífica que la ciudadanía ofreció ante la brutalidad de los agentes españoles: «Fue intuitivo, si el estado quiere violencia, necesitamos responder pacíficamente».

Esa réplica fue organizada en la previa del referéndum y, precisamente, Rovira recalca que las mujeres mostraron su liderazgo en el procés. «Las mujeres fuimos claves en la organización de los colegios», subrayó, aunque acto seguido lamentó que eran los hombres quienes eran las caras más visibles a la hora de dar las explicaciones en los medios.

A su vez, criticó que durante años no se ha visto el feminismo en el eje central del procés pero Jorba puso en valor las redes que se han ido creando después del 1-O para recuperarse del «shock» que supuso una actuación violenta en la que se denunciaron hasta agresiones sexuales. «Había necesidad de formar espacios de cuidado, de poner en práctica la sororidad y estas redes deben marcar el tempo», reiteró, alegando el lema de la mesa redonda: visibilidad y empoderamiento.