A través de un comunicado, el Ejecutivo navarro ha destacado que la asunción por parte de ETA del daño causado constituye «un paso hacia la disolución» de la organización, «un paso también hacia el reconocimiento del daño causado a las víctimas y de su responsabilidad en ello».
«La convivencia en nuestra sociedad la rompieron quienes creyeron que podían tomar las armas para atacar a otras personas en la supuesta defensa de una idea o proyecto», añade.
Apunta que la «disolución» de ETA es una «exigencia que nuestra sociedad ha puesto de manifiesto desde hace mucho tiempo». En este sentido, ha resaltado que la posición del Gobierno «ha sido clara y firme: cuando se hablaba de la entrega de armas por parte de ETA, dijimos que el desarme debía ser total, unilateral y definitivo».
«Ahora que parece que ha llegado el momento de la disolución, lo importante es que esta sea definitiva, real y unilateral», ha continuado el Gobierno navarro que ha afirmado que la disolución de ETA «no puede dejar lugar a dudas, debe ser clara y rotunda».
En opinión de Ejecutivo foral, «para construir una convivencia real y justa es necesario consolidar unas bases éticas claras y rotundas que reconozcan los derechos humanos, la vida y la dignidad humana como incuestionables e invulnerables».
«Solo así, desde una mirada verdaderamente crítica con el pasado, podremos responder al derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación, y en este aspecto el comunicado tiene importantes carencias porque la violencia de ETA fue injusta e injustificable en todos los casos», ha concluido.