Aimar ETXEBERRIA

Barcelona se levanta por la República de los derechos sociales

EL PRIMERO DE MAYO EN BARCELONA FUE UNA JORNADA DIVERSA, EN LA QUE LAS REIVINDICACIONES SOCIALES Y NACIONALES CONFLUYERON, Y EN LA QUE EL FEMINISMO TUVO UN PROTAGONISMO ESPECIAL. LAS MOVILIZACIONES NO FUERON MULTITUDINARIAS, PERO PARA ALGUNOS SIRVIERON PARA AVANZAR HACIA UNA REPÚBLICA DE DERECHOS SOCIALES.

Barcelona vivió ayer una variada jornada de Primero de Mayo, con manifestaciones mañana y tarde. La diversidad de convocatorias, unida a una jornada propiamente otoñal, con temperaturas que apenas sobrepasaron los diez grados y una llovizna fastidiosa, hizo que las mismas no fueran multitudinarias.

La más tempranera fue la convocada por los sindicatos españoles CCOO y UGT, que congregó a 8.000 personas según el recuento de la Guardia Urbana, 30.000 acorde a los números difundidos por las propias centrales. Aun siendo la más multitudinaria, el sindicalismo español sigue perdiendo capacidad de movilización en Catalunya; la misma convocatoria atrajo a 50.000 personas el año pasado, siempre según los mencionados sindicatos.

La manifestación, que recorrió la Vía Laietana hasta la plaza de la Catedral de la capital catalana, estuvo protagonizada por la sentencia de ‘la Manada’. Aparte de pitos y bocinas, las únicas consignas que se escucharon durante el recorrido hacían referencia al fallo que ha indignado a la opinión pública. Hasta la pancarta principal, donde se leía ‘No es abús, es violació’ aludía al tema. En lo que se refiere al ‘decorado’ de la marcha, emergían bastantes senyeras, pero apenas se vislumbraban esteladas y solo sobresalía algún que otro lazo amarillo.

Turno del soberanismo

Mismo punto de partida con diferente escenografía. En la movilización soberanista de la tarde las senyeras dieron paso a las esteladas, no había alma sin lazo amarillo y la organización de la marcha convocada por la plataforma Alcem-os –que integra a la Intersindical CSC y la ANC, entre otros colectivos– repartía carteles a favor de la libertad de los presos catalanes en los instantes previos al arranque de la marcha.

La asistencia a la manifestación soberanista no fue multitudinaria, hasta puede decirse que fue inferior a la marcha matinal, y en ella se hicieron ver, entre otros, el diputado de ERC en Madrid Joan Tardà y Elisenda Paluzie, recién elegida presidenta de la ANC. La reivindicación social fue la protagonista de la movilización, que se desarrolló bajo el lema ‘Per la República dels drets socials’, aunque las proclamas que se escuchaban aludían más al procés. Durante el recorrido, que se alargó hasta la plaza Sant Jaume, se corearon gritos de «presos polítics, llibertat», «som república», o «drets socials, som república». Cuando la marcha pasó por delante de la comisaría de la Policía española los abucheos y los pitos sustituyeron a los cánticos. Tímidamente, también se profirieron proclamas a favor de la investidura del exiliado Carles Puigdemont.

En el acto final, que arrancó con la melodía de la Internacional y las notas de Els segadors, portavoces de diversos colectivos sociales subieron al escenario para reivindicar, entre otras exigencias, una jornada laboral de 35 horas, igualdad salarial, igualdad entre hombres y mujeres, unas pensiones dignas, derechos para las trabajadoras del hogar y un salario mínimo de 1.200 euros. «La hegemonía del sindicalismo catalán tiene que pasar a ser independentista», demandaron.